Inmigrantes, reagrupados en un nuevo campamento
Todo empezó ayer a las diez de la mañana. El ecuatoriano Alan Vargas Cabrera, de 27 años, su esposa Janeth, y sus hijas, Alanis y Cristel, dejaron una casa de campo, donde se refugiaban tras el terremoto de 5,1 grados que sacudió Lorca para ser trasladados a un campamento cerca de la localidad española.
La familia Vargas perdió el departamento que alquilaba, ubicado en el sector La Viña, en el sismo ocurrido hace una semana. Su piso está marcado con rojo que significa que es inhabitable, según los técnicos que revisaron cada uno de los edificios de la ciudad. “Está con rojo, porque los pilares están completamente dañados”, cuenta el compatriota a este diario.
Alan, quien desde Guayaquil viajó a España cuando tenía 17 años y actualmente recibe un bono de 700 euros porque está desempleado, habita ahora en el campo de fútbol de La Torrecilla, donde autoridades españolas han habilitado el único campamento que albergará a todos los extranjeros que no tienen a dónde ir. “Vivimos un calvario. Me siento inseguro. Necesitamos ayuda”, enfatiza el joven, quien era conductor de un camión.
Al igual que el compatriota, alrededor de mil personas más, entre ecuatorianos, bolivianos, peruanos y marroquíes, fueron trasladados a La Torrecilla, que cuenta con 1.500 plazas. El objetivo de las autoridades españolas es que las personas desocupen los tres campamentos que se habilitaron tras el sismo que son el Huerto de la Rueda, el Instituto de Educación Secundaria Ibáñez Martín y La Viña para poder canalizar mejor la ayuda.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, dio la disposición y encargó a la Unidad Militar de Emergencia (UME) que agrupara a las víctimas del sismo que el 11 de mayo sacudió a la ciudad de 95.000 habitantes, donde residen alrededor de 6.000 ecuatorianos, según su Ministerio de Relaciones Exteriores, y 4.000 bolivianos. El terremoto dejó un saldo de nueve muertos y 293 heridos.
La cónsul de Ecuador en Murcia, Cecilia Erite, explica a El Telégrafo que los inmigrantes, de ellos una gran cantidad de nacionales, hicieron ayer fila para dar sus datos personales a empleados del Gobierno, que luego les entregaron un carné que cuenta, además, con el número de la carpa en la que habitarán. Previo a ello, la funcionaria señala que se realizó un censo a los afectados, a quienes se les colocó una pulsera de identificación.
Erique no puede precisar en estos momentos cuántos ecuatorianos han sido reubicados, pero resalta que de los más de 3.700 compatriotas que resultaron afectados por el terremoto, algunos de ellos han empezado a retornar a sus viviendas que están marcadas con el color verde, el cual indica que puede ser habitada sin peligro.
En el nuevo campamento, la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), por su parte, puso a disposición de los ecuatorianos un servicio de conversación escrita en tiempo real (chat) y de videoconferencia en Internet. El servicio de telecomunicación podrá ser utilizado entre las 16:00 y 21:00 hora local, (de las 09:00 a las 14:00 hora de Ecuador).
La entidad ecuatoriana señala que el campamento unificado pretende centralizar la atención a los damnificados para garantizar que la ayuda llegue a todos que la necesitan y así evitar que personas que no han sido afectadas se aprovechen de estos servicios.