Indonesia sepulta en fosas a 844 víctimas de tsunami
Voluntarios indonesios sepultaron este lunes 1 de octubre en una inmensa fosa común los cuerpos de las víctimas del sismo y el tsunami que golpearon la isla de Célebes, donde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que 191.000 personas necesitan ayuda urgente.
La catástrofe causó al menos 844 muertos y 59.000 desplazados, indicó ayer el último balance de la agencia de gestión de desastres y el gobierno.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) estimó que 191.000 personas necesitan ayuda humanitaria urgente.
Las autoridades temen que el balance final sea más alto, pues gran parte de la región afectada aún es inaccesible. “No tenemos mucha comida. Solo pudimos tomar lo que teníamos en casa. Y necesitamos agua potable”, declaró Samsinar Zaid Moga, una mujer de 46 años.
El presidente indonesio, Joko Widodo, autorizó la ayuda internacional de urgencia y las autoridades declararon el estado de emergencia de 14 días.
La mayoría de las víctimas se registró en Palu, una ciudad de 350.000 habitantes en la costa de la isla de Célebes, según la agencia de gestión de desastres.
En Poboya, en las colinas que rodean Palu, voluntarios entierran a las víctimas en una gigantesca fosa común, con capacidad para 1.300 cuerpos.
Tres camiones cargados de cadáveres envueltos en bolsas naranjas, amarillas y negras, llegaron al lugar, constató un periodista de la agencia de noticias AFP. Uno por uno se colocaba en la fosa y recubierto con tierra.
En el primer momento las autoridades locales agruparon los cuerpos en morgues improvisadas para identificarlos, pero ante el riesgo sanitario realizaban entierros masivos.
En Balaroa, un barrio periférico de Palu con una zona residencial, los daños fueron catastróficos. La zona se transformó en un terreno baldío cubierto de árboles arrancados, bloques de hormigón, restos de tejados y trozos de muebles.
Funcionarios del gobierno informaron que 1.200 presos escaparon de tres cárceles de la región. (I)