“Indignados” se manifiestan en Valencia contra corrupción
Unos 300 manifestantes del movimiento de los “indignados” se concentraron ayer en Valencia (este), ante el Parlamento regional mostrando tarjetas rojas para protestar contra la “corrupción” de los políticos.
“Más justicia, cero corrupción”, se podía leer en una pancarta con la foto de Francisco Camps, presidente conservador de la región de Valencia, imputado por un caso de corrupción y cuya investidura tuvo lugar ayer.
Los manifestantes se mantuvieron sentados, de forma pacífica, ante el Parlamento regional recordando que sin violencia somos más, al tiempo que una pequeña pegatina pegada en la frente de uno de los manifestantes afirmaba que mientras lees esto, unos corruptos toman posesión de tu futuro. El jueves pasado se produjeron enfrentamientos en una manifestación similar en Valencia, durante la sesión de constitución del Parlamento emanado de las pasadas elecciones del 22 de mayo.
El presidente de la región valenciana es un aliado del jefe de la oposición conservadora y líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy. Camps se encuentra imputado en un caso de corrupción, conocido como caso “Gürtel”. Las manifestaciones de los “indignados”, contra el desempleo o la corrupción de los políticos, tienen lugar casi diariamente en España.
El miércoles intentaron, sin éxito impedir una sesión del Parlamento regional de Cataluña en Barcelona (noreste), destinado a aprobar el presupuesto de la región 2011. 45 personas resultaron levemente heridas en choques con la Policía. El próximo domingo está prevista, en Madrid, otra manifestación.
Mientras tanto, la Fiscalía abrió diligencias para investigar los actos violentos protagonizados por algunos de los “indignados” que este miércoles trataron de impedir por la fuerza el acceso de los diputados al Parlamento catalán, en Barcelona, informaron fuentes judiciales.
El cerco a la cámara regional, con el que los concentrados pretendían impedir un debate sobre unos presupuestos que prevén importantes recortes y durante el que fueron agredidos algunos diputados, se saldó con seis detenidos y más de 40 heridos.
Pese al fuerte dispositivo de la Policía, que formó un pasillo para permitir la entrada de los diputados al Parlamento regional catalán, algunos parlamentarios fueron insultados, zarandeados, escupidos, rociados con pintura o recibieron el impacto de objetos. Durante los incidentes, duramente criticados por la clase política española y de los que se desvinculó el movimiento 15-M de Madrid, una diputada fue arrojada al suelo, mientras que otros huyeron tras verse rodeados por una multitud.