“Implica más impuestos para el ciudadano de la calle”
L a aprobación del límite de la deuda es importante porque a partir del 2 de agosto (hoy) la deuda aprobada por el Congreso de Estados Unidos para el presente año alcanza el techo de 14,3 billones de dólares, y a partir de ahí el Gobierno no puede pedir prestado más porque no está autorizado a hacerlo.
De esta forma, la Administración estadounidense no podría tener recursos no solo para pagar sus compromisos con los deudores sino, incluso, para no cubrir ciertas funciones básicas. De aquí que si se aprueba el límite, el Ejecutivo podrá seguir cumpliendo sus compromisos.
Ahora, en caso de que no se apruebe, el Gobierno estaría técnicamente en bancarrota con todas las consecuencias que un impago conlleva, desde no cancelar sueldos y salarios hasta no pagarle a sus acreedores.
Este escenario llevaría a la economía a una recesión casi de manera inmediata porque todo el mundo desconfiaría de Estados Unidos y nadie querría prestarle más.
Los principales acreedores de la deuda estadounidense son China y Japón, seguido de todos los bancos centrales que han acumulado reservas en dólares. Por lo cual, ante una situación de default estadounidense, todo el mundo saldría perjudicado.
Las consecuencias para el ciudadano de la calle no solo sería en términos de mayor desempleo sino de empeoramiento de sus condiciones de vida ante la contracción económica y la pérdida de valor del dólar, combinado con la destrucción de riqueza en los mercados financieros y bursátiles.
En el caso de que sea aprobado el aumento del techo de la deuda, los estadounidenses sufrirían, pero también se beneficiarían.
El poco beneficio deriva de que se evitaría un colapso mayor en la economía. El costo de sacrificio está en que el techo de la deuda va acompañado de dos desventajas: recortes al gasto que van a generar más desempleo y pérdida de bienestar social; y segundo, que más deuda implica mayores impuestos a futuro. De tal manera que el aumento al límite de la deuda implica mayores impuestos para el ciudadano de la calle, tarde o temprano. (DAE)