Idalia y su pequeño Iker encontraron la muerte en el río Bravo
Idalia Herrera y el pequeño Iker llegaron a Estados Unidos en agosto para reunirse con su esposo y sus dos hijas mayores. La migrante hondureña intentó entrar al territorio estadounidense de manera ilegal, por lo que las autoridades migratorias la deportaron a México para esperar la resolución sobre su solicitud de asilo.
Desesperada, intentó cruzar caminando por el río Bravo. Con su hijo en brazos, encontraron la muerte. Los agentes de la Patrulla Fronteriza recuperaron esta semana los cuerpos de Idalia e Iker, un bebé de apenas un año y nueve meses, en un área cercana al arroyo San Felipe, en el estado norteamericano de Texas.
En mayo pasado, su esposo Elmer Córdova logró pasar la frontera junto con sus dos hijas, de 5 y 7 años, y se instaló en Charlotte, en Carolina del Norte. En Nacaome, Honduras, la familia tenía una barbería, pero el negocio se hundió por las protestas contra el gobierno que paralizaron el comercio.
Además, las pandillas criminales de la Mara Salvatrucha terminaron por arruinarlos porque los obligaron a pagarles derecho de piso, por lo que decidieron abandonar el país. Primero lo hizo Elmer, junto a sus hijas, le siguieron Idalia, de 27 años, quien se arriesgo a realizar el viaje junto a su pequeño Iker. No lograron reunirse, la fuerza de la corriente del río Bravo los arrastró el 11 de septiembre, fallecieron ahogados.
La cónsul de Honduras en la localidad fronteriza de McAllen (Texas, Ana Bulnes, indicó que se realizan los trámites para la repatriación de los cuerpos.
Desde octubre de 2018, se registraron 35 muertes de migrantes en ese sector del río.
Entre los fallecidos se encuentra el salvadoreño Óscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, quien se ahogó abrazado a su bebé, en junio de 2019. La fotografía de ambos cadáveres provocó una enorme conmoción. (I)