La canciller alemana, Angela Merkel, fue abucheada en su visita al centro de refugiados
Hungría desplegará el Ejército para frenar ingreso de los migrantes
La crisis migratoria en Europa dio ayer otro giro violento en Hungría, donde la Policía lanzó gases lacrimógenos en un centro de registro de refugiados en una ciudad fronteriza y detuvo a más de 1.300 personas que trataban de ingresar al país.
Horas después de la represión en el centro de registro de Roszke, la Policía húngara anunció que desde el 15 de septiembre reforzará su presencia cerca de la frontera sur con Serbia con 2.106 agentes adicionales, helicópteros y perros, en un intento por frenar la llegada de refugiados. Además, el gobierno no descarta desplegar el Ejército para reforzar la frontera sur, según su portavoz, Zoltan Kovacs.
El Gobierno húngaro, que ayer nuevamente reclamó a la Unión Europea (UE) ayuda financiera para enfrentar la crisis, había anticipado la semana pasada que incrementará sus fuerzas de seguridad cerca de la frontera, en vista del creciente flujo migratorio que en lo que va del año han cruzado unos 120.000 refugiados.
En Roszke, ciudad fronteriza con Serbia donde las autoridades húngaras procesan las solicitudes de asilo de los refugiados, la Policía utilizó gases lacrimógenos para poner fin a una trifulca en la que hubo unos 200 migrantes.
La Policía informó que la riña fue por la impaciencia de los inmigrantes por la lentitud del proceso de registro, causado a su vez por el número de solicitantes.
En Budapest, la capital del país, el jefe de la Policía de Hungría, Karoly Papp, manifestó que 1.302 migrantes fueron detenidos ayer en la frontera sur con Serbia.
La Policía agregó que ayer detuvo a 2.533 personas, entre ellos 555 menores, por cruzar ilegalmente la frontera desde Serbia, una cifra que supera hasta ahora a las registradas en un solo día.
El centro de Roszke, donde los inmigrantes pasan cerca de 24 horas antes de que se les designe el lugar de acogida, cuenta con una capacidad para 1.000 personas, pero actualmente permanecen más del doble de la cifra, según los medios húngaros.
La mayoría de los inmigrantes evita ir a los centros de acogida asignados y trata de viajar inmediatamente a los países más prósperos de la UE, como Alemania y Suecia.
La mayoría de los inmigrantes proviene de países en conflicto, como Siria, Afganistán y Pakistán, o escapan de la represión estatal en naciones africanas, como Eritrea. Su ruta atraviesa Grecia, Macedonia, Serbia y Hungría, que ya es parte del espacio Schengen europeo.
Se espera que hoy alcancen la frontera húngara los 7.000 refugiados que el pasado fin de semana pasaron de Macedonia a Serbia.
Muchas de las personas que buscan refugio en la UE se apresuran a cruzar la frontera antes de que Hungría termine la instalación de una valla, de 175 kilómetros de largo y 4 metros de alto, que construye en su frontera con la vecina Serbia para obstaculizar la inmigración. Está previsto que el cerco esté terminado el 31 de este mes.
La Comisión Europea (CE), que criticó la valla pero no tomó ninguna medida contra ella, se mostró ayer dispuesta a aumentar la ayuda financiera a Budapest para afrontar la creciente ola de refugiados que llegan al país.
Mientras que, la canciller alemana, Angela Merkel, que ayer fue abucheada por grupos neonazis en una visita al centro de acogida de Heidenau (Sajonia, en el este de Alemania), prometió ayer luchar sin “tolerancia” contra los actos xenófobos en plena crisis migratoria europea.
Alemania está en primera línea en la crisis migratoria que afecta a Europa. El país espera unas 800.000 demandas de asilo este año, cuatro veces más que en 2014.
Mientras tanto, la guardia costera sueca halló 40 cadáveres en la bodega de una embarcación con más de 430 migrantes que se dirigía hacia Italia por el Mediterráneo.
Los migrantes fueron socorridos por el barco sueco Poseidón, que forma parte de la operación Tritón que coordina la Marina militar italiana, al frente de las costas de Libia. (I)
En Austria se analiza la crisis de refugiados
Viena será hoy sede de una cumbre de los Balcanes occidentales centrada en la actual crisis de los refugiados y a la que asistirán la canciller alemana, Angela Merkel, y la responsable de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini.
En un principio el objetivo de la reunión era fomentar la cooperación regional e intensificar las reformas políticas para allanar el camino de los países balcánicos a la UE.
Sin embargo, la cita se ha visto marcada por la crisis migratoria que azota la región, donde miles de personas pasaron en las últimas semanas por Macedonia y Serbia para alcanzar Hungría, miembro del espacio Schengen de libre circulación comunitaria.
De allí, los refugiados se trasladan a la vecina Austria y luego hacia el norte de Europa, sobre todo a Alemania y Suecia.
Con motivo de esta reunión multilateral, que tuvo su primera edición el año pasado en Berlín, el ministro de Relaciones Exteriores, Sebastian Kurz, presentó un plan de 5 puntos para abordar la crisis migratoria.
La propuesta incluye intensificar la lucha contra el yihadismo en países como Siria, Irak y Libia, de donde huyen los refugiados, y crear zonas de protección de la ONU en las zonas de conflicto. (I)