Huelga en Hong Kong paraliza transportes y presiona al Gobierno
Una huelga convocada en Hong Kong desde internet, por trabajadores de una veintena de sectores, ha dejado este lunes 5 de agosto de 2019 varias líneas del metro sin funcionamiento y ha provocado retrasos y cancelaciones en los vuelos desde este centro financiero.
La situación supone una vuelta de tuerca más en la crisis política de la ciudad.
Ocho líneas de metro dejaron de funcionar total o parcialmente en la mañana de este lunes, entre ellas, la línea que conecta la megalópolis con el aeropuerto, donde a las 10:00 hora local (04:00 hora GMT), 230 habían sido cancelados, según el diario hongkonés South China Morning Post. Otros muchos presentaban largos retrasos.
Así las cosas, y con miles de pasajeros en los andenes desde primera hora de la mañana, el Departamento de Trabajo del Gobierno de Hong Kong pidió a las empresas que fueran comprensivas con sus trabajadores.
Miles de personas de una veintena de sectores -entre ellos, trabajadores del sector financiero, de los medios de comunicación y de compañías aéreas- se unieron al paro, mientras que una fuente gubernamental confirmó que muchos empleados habían pedido el lunes como día de asuntos propios o habían informado de una baja por enfermedad.
Por su parte, la jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, compareció en una tensa rueda de prensa y pronunció un discurso en el que no se desvió ni un ápice de anteriores intervenciones. Lam alertó de la violencia que "ha ido aumentando", además de afirmar que "las protestas han ido más allá de la propuesta de ley de extradición" y que la magnitud de las manifestaciones "ha minado seriamente el imperio de la ley en Hong Kong, llevando a la ciudad al límite".
Asimismo, la mandataria reiteró su intención de permanecer en el cargo y, frente a las críticas a la brutalidad policial, pidió comprensión por la "tremenda presión" que las fuerzas del orden soportan desde hace nueve semanas, cuando comenzaron las protestas.
El objetivo de la huelga, que abarca toda la ciudad, es presionar al Gobierno para que responda a una serie de demandas que, en origen, consistían solo en la retirada de una controvertida propuesta de ley de extradición que, según abogados y activistas, habría permitido a Pekín acceder a "fugitivos" refugiados en la ciudad. (I)
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