George W. Bush, expresidente estadounidense y varios funcionarios de su gobierno deberían ser investigados por conspiración para torturar y por otros crímenes, declaró este martes el grupo de derechos humanos Human Rights Watch (HRW).

En un informe, el grupo condena la falta de investigaciones de aquellos involucrados en el programa secreto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que torturaba a detenidos tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Añadió que hay suficientes evidencias para que el fiscal general ordene una investigación criminal.

El informe de 153 páginas subraya evidencias que apoyan los principales cargos criminales que se podrían emitir contra aquellos que se encuentran detrás de las llamadas técnicas de "interrogatorios reforzados".

"Los funcionarios estadounidenses que crearon, autorizaron e implementaron el programa de la CIA deberían estar entre los investigados por conspiración para torturar así como por otros crímenes", indicó HRW.

La organización señala a varios altos funcionarios del gobierno de Bush, incluido el propio expresidente, al entonces director de la CIA George Tenet, el ex fiscal general John Ashcroft y el ex vicepresidente Dick Cheney.

A esto se suman las recientes denuncias de dos exdetenidos torturados por la CIA a los dos psicólogos que ayudaron a poner en marcha esos métodos de interrogatorio después del 11 de septiembre.

El uso de tortura en la CIA fue detallado hace un año en un informe del Senado que aseguraba que la CIA reportó por primera vez a Bush sobre el empleo de estas técnicas de interrogación en 2006.

Las torturas utilizadas por la CIA contra sospechosos de pertenecer a la red Al Qaida fueron "mucho peores" de lo admitido hasta ahora, y la agencia ocultó información clave al Congreso y la Casa Blanca, afirmaba dicho informe.

Estados Unidos ratificó la Convención contra la Tortura en 1988, lo que obliga al gobierno a investigar las acusaciones de tortura.

Pero el multimillonario Donald Trump, que encabeza los sondeos de las primarias republicanas para las presidenciales de 2016, se declaró a favor de restablecer el uso de la simulación de ahogo, un método de interrogación considerado como tortura. (I)