El presidente de Francia, François Hollande, recibe hoy al nuevo enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, con el objetivo de tratar la situación en ese país, informó hoy el Palacio del Elíseo.

El encuentro se celebrará en la sede de la presidencia gala en París y no está previsto que tras esa reunión con el veterano diplomático argelino, que comenzará a las 16:30 hora local (14:30 GMT), haya declaraciones.

"Todas las misiones son difíciles y esta no es una excepción", indicó el nuevo mediador este domingo en una entrevista concedida a la cadena gala "France 24", en la que consideró un "gran honor" y también "una sorpresa" que se le llamara para ocupar ese puesto.

El argelino dijo en esa comparecencia ser "muy consciente" de las dificultades que le esperan y de cómo la división en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no facilita que se alcance una solución a ese conflicto desatado en marzo de 2011, y aseguró por eso mismo que no se hace ilusiones sobre la labor encomendada.

"No puede evitarse el cambio en Siria", declaró pese a todo en esas declaraciones difundidas hoy de nuevo por el canal, en las que Brahimi precisa que habla "de un cambio fundamental, no superficial", y también de la necesidad de que "las reivindicaciones legítimas de la población siria sean satisfechas".

El diplomático, ministro de Exteriores argelino entre 1991 y 1993, y que después ha desempeñado varias funciones en el ámbito de la ONU, como representante especial para Irak o Afganistán, entre otras, confió en que la situación "comience a moverse", pero advirtió de que eso es algo que no sucederá "de un día para otro".

En su nueva labor indicó que tiene pendiente hablar con todos los miembros del Consejo de Seguridad y con representantes de distintos gobiernos.

Ahí se enmarca este encuentro hoy con Hollande, acusado de inmovilismo por la oposición francesa de derechas en lo relativo al conflicto sirio.

"Si en algún momento ayuda dar un golpe en la mesa lo haré", señala en "France 24" Brahimi, para quien la salida de Annan "fue claramente un movimiento a favor de la población siria", porque el antiguo mediador había apuntado a la necesidad de "dejar de señalarse unos a otros y elaborar una postura común para ayudarles".

Su sustituto evitó de momento pronunciarse sobre la necesidad de que Bachar Al Asad abandone el poder, subrayando que todavía no le ha llegado el momento de hablar de eso, pero sí insistió en que cree que Siria está atravesando una guerra civil y que "hay que ponerle fin".