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El Primer paso será reconocer el gobierno castrista

Helms-Burton, principal traba entre EE.UU. y Cuba

En esta vivienda, situada en un barrio de La Habana, cuelgan las 2 banderas de Cuba y EE.UU. Foto: AFP
En esta vivienda, situada en un barrio de La Habana, cuelgan las 2 banderas de Cuba y EE.UU. Foto: AFP
20 de enero de 2015 - 00:00 - Agencias internacionales

Tras dejar medio siglo de enfrentamientos entre Cuba y Estados Unidos, mañana se efectuará en La Habana la primera reunión de alto nivel en décadas entre ambas naciones, la misma preparará la hoja de ruta de la normalización de los lazos bilaterales y la reapertura de embajadas.

Cinco semanas después de la histórica reconciliación anunciada por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, efectuada el 17 de diciembre, delegados de ambos países debatirán complejos asuntos migratorios y los pasos para restablecer las relaciones diplomáticas, rotas en 1961. Aunque el embargo sobre la isla, vigente desde 1962, seguirá en pie por ahora pues solo lo puede eliminar el Congreso estadounidense.

La delegación estadounidense estará encabezada por la secretaria de Estado Adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, quien tendrá como contraparte a la directora de Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal.

“Estas conversaciones ya no serán como antes: cuando se establecen relaciones diplomáticas ya nadie impone nada. El embargo a Cuba fue diseñado para cambiar el régimen, pero al establecer relaciones diplomáticas con un país se reconoce a su gobierno”, explicó el analista Peter Schechter, del Latin America Center del Atlantic Council, un centro de estudios estadounidense.

“La conversación deberá centrarse inicialmente en las cuestiones más apremiantes para establecer las relaciones diplomáticas, para después avanzar a algunos de los temas centrales. Entre ellos, seguramente estará la flexibilización de normas sobre algunas libertades individuales; la situación de la base de Guantánamo; y, tal vez el más complicado, el de las compensaciones” por las propiedades norteamericanas nacionalizadas por Fidel Castro en los años 1960, agregó.

El levantamiento parcial de las sanciones contra Cuba incluye más facilidades para las visitas de estadounidenses, intercambios comerciales de bienes básicos, material de construcción, equipos de telecomunicaciones o maquinaria agrícola, transacciones bancarias hasta ahora prohibidas y más dinero en las remesas a Cuba, de $ 500 a $ 2.000 por trimestre.

La secretaria adjunta, Jacobson, permanecerá en la isla hasta el viernes. Antes de partir hablará con la prensa tras desayunar con disidentes, quienes no han ocultado sus reservas por el cambio de la política de Washington hacia la isla.

Su visita se da luego de que un grupo de congresistas demócratas visitó a La Habana, el fin de semana, para observar el panorama.

El gran ausente de este proceso de acercamiento ha sido Fidel Castro, de 88 años, quien no lo ha comentado públicamente ni asistió a la bienvenida a los 3 agentes cubanos liberados por Washington el 17 de diciembre, lo que alimentó rumores sobre su salud, que fue desmentido posteriormente.

38 bancos multados

La Ley Helms-Burton de 1996 es el principal obstáculo entre EE.UU. y Cuba. El código endureció e internacionalizó las normas dictadas por los presidentes de Estados Unidos a partir del 3 de febrero de 1962, cuando John F. Kennedy impuso un “embargo total” sobre Cuba.

Llamada formalmente Ley de Libertad y Solidaridad Democrática con Cuba impide que un presidente  norteamericano cambie las normas del embargo o lo elimine por decreto, siendo facultad exclusiva del Congreso.

Conocida popularmente por el nombre de sus promotores republicanos Jesse Helms y Dan Burton, el código ordena a la Casa Blanca votar contra el ingreso de Cuba a los organismos financieros multilaterales, lo que priva al régimen comunista de las importantes fuentes de crédito.

Condiciona la ayuda a los expaíses socialistas a que sus tratos con la isla sean estrictamente a precios de mercado, sin subsidios.

La ley instruye al mandatario estadounidense a desarrollar un plan para asistir al pueblo cubano y a un gobierno “elegido democráticamente” durante una transición a la democracia en la isla.

El Título III, cuya ejecución es pospuesta cada 6 meses por los presidentes debido al fuerte rechazo internacional, prevé sanciones a las personas o compañías de terceros países que “trafiquen” con propiedades norteamericanas que hayan sido confiscadas en Cuba.

A ello se añade la denegación de visas de ingreso a EE.UU. a esas personas.

La aplicación de la Ley Helms-Burton está a cargo de los departamentos del Tesoro, Comercio y Estado, incluye disposiciones de la Ley de Comercio con el Enemigo, de 1963, citó el Nuevo Herald.

En los últimos años, 38 compañías y bancos extranjeros fueron multados en Estados Unidos por realizar operaciones con Cuba, por más de $ 11.000 millones.

Nuevas restricciones ya habían sido añadidas con la Ley Torricelli en 1992, que prohibió las transacciones de Cuba con empresas subsidiarias de consorcios estadounidenses en terceros países.

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