Las fuerzas de seguridad sirias, apoyadas por helicópteros de combate, mataron al menos a 25 civiles entre  miles de manifestantes que salieron a las calles ayer para protestar contra el régimen en un país cuyo noroeste se hunde en el caos.

Así, mientras un militante en el lugar afirmaba   que los helicópteros de combate dispararon contra la multitud, Estados Unidos instó a “aumentar la presión” sobre el presidente sirio Bashar al Asad para obligarlo a poner fin a la violencia, expresó el portavoz del Departamento de Estado.

“Debemos crear una presión internacional (...). Seguiremos buscando el medio de aumentar la presión sobre él”, declaró Mark Toner.

A unos tres meses de comenzadas las protestas, el 15 de marzo, y a pesar de las sanciones y las críticas de la comunidad internacional, la represión se intensifica y  fue particularmente violenta ayer en la región de Idleb (noroeste) con al menos 10 civiles que murieron cuando las fuerzas de seguridad dispararon en dirección de una gran manifestación en la localidad de Maaret al Numan, cercana a la de Yisr al Shugur, según testigos y activistas.

El padre de uno de los manifestantes muertos, Mohamad al Dgheim, de 30 años, afirmó  que su hijo  fue alcanzado en el pecho por un francotirador.