En la entrevista que concede Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán a Sean Penn, para la revista Rolling Stone, el mexicano pinta otra realidad del narcotráfico. Es un panorama alejado de la violencia sanguinaria que ha caracterizado a los carteles mexicanos de la droga. El narcotráfico, dice Guzmán, es una alternativa a la pobreza.

Cuenta que provino de una familia muy pobre, en el deprimido municipio Badiraguato (específicamente del rancho La Tuna), donde no había fuentes de trabajo. Su madre hacía pan que él vendía, pero también comercializaba dulces, bebidas y naranjas. Después se hizo cargo de la finca de su abuela.

Eso le facilitó su incursión en el mundo de las drogas. Inicia cuando tenía 15 años, pero sobre todo porque no había fuentes de trabajo. “La única manera de hacer dinero para comprar comida, de sobrevivir, es cultivar marihuana, opio”.

A los 18 años dejó La Tuna para dirigirse a Culiacán y luego a Guadalajara. Allí empezó su camino a convertirse en el narcotraficante más poderoso del mundo.

Y ese camino no afectó su vida familiar. ‘El Chapo’ destaca sus buenas relaciones con sus hijos, hermanos y sobrinos. “Todos nos llevamos muy bien”. Todo eso sirve para que Guzmán no tenga cargos de conciencia. Ni siquiera se considera un hombre violento. “Es una realidad que las drogas destruyen. Por desgracia, como ya he dicho, donde crecí no había otro camino. Y todavía no hay una manera de sobrevivir, no hay manera de trabajar en nuestra economía”.

A eso se añade que el negocio de las drogas no enfrenta las crisis económicas cíclicas, no hay caída de precios ni baja demanda. “¿El día que no exista decrecerá el narcotráfico?”, se pregunta para luego responder: “Eso es falso, porque la venta de drogas no depende de una persona, sino de muchas”.

El mexicano tiene razón. El informe de la OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que  246 millones de personas - un poco más de 5% de los mayores de 15 a 64 años en el planeta - consumen drogas. Además 32,4 millones de personas - o 0,7% de la población adulta del mundo - son consumidores de opioides farmacéuticos como la heroína y el opio. La mayoría de ellos está en EE.UU.

Ni siquiera el encierro, antes de escapar, ha mermado la capacidad del cartel de Sinaloa. “Por lo que yo puedo decir y por lo que sé, todo sigue igual. Nada disminuyó. Nada se incrementó”.

Pero la ‘industria’ sí ha tenido una evolución histórica. “Hoy hay un montón de drogas; antes, las únicas que había eran marihuana y amapola”.

Incluso se jacta de tener todo un imperio que lleva la droga. “Yo suministro más heroína, metanfetaminas, cocaína y marihuana que cualquiera en el mundo. Tengo flotas de submarinos, aviones, camionetas y barcos. Nada detiene eso, ni siquiera los problemas geopolíticos, como la inestabilidad en Medio Oriente”.

Sobre su responsabilidad en las adicciones, dice: “Si no hay consumo, no habría ninguna venta”.

Guzmán destaca el atractivo de las drogas. “La gente, en cierto modo, quiere saber lo que se siente o cómo sabe”. Pero él no consume. “No, señor. Hace muchos años, sí, las probé. Pero, ¿adicto?, no (...). No he usado drogas en los últimos 20 años”, le dijo al actor Sean Penn.

‘El Chapo’ tiene un argumento inocente para cada pregunta. Consultado sobre el origen de la violencia, considera que “es porque ya algunas personas crecen con problemas, y hay algo de envidia y tienen información en contra de otra persona”. Por eso se define así: “soy una persona que no está en busca de problemas de ninguna manera. De cualquier manera”.

Incluso argumenta que en su última huida de prisión no se disparó ni un tiro. Huyó a través de un túnel construido debajo de la cárcel de máxima seguridad donde estaba.

Cuando estaba prófugo, a Guzmán se le ocurrió la idea de producir una película sobre su vida. De allí que Penn le consultara sobre la visión que tienen los mexicanos de él. “Puedo decir que es normal que la gente tenga sentimientos encontrados hacia mí debido a que algunas personas me conocen y otras no. Esa es la razón por la que digo que es normal. Porque los que no me conocen pueden tener sus dudas acerca de decir si, en este caso, soy una buena persona o no”.

Finalmente, Sean Penn le pregunta: Si pudiera cambiar el mundo, ¿lo haría? El narco contesta: “Para mí, con las cosas como están, soy feliz”. (I)

DATOS

La recaptura del capo Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán significó un espaldarazo para el Gobierno mexicano, aunque el cartel de Sinaloa continúa con vida.

La extradición de ‘El Chapo’ a Estados Unidos tomaría al menos un año, mientras tanto él permanece en el penal de donde se fugó en julio del año pasado. La defensa del narco ha presentado 6 amparos para impedir que sea juzgado en EE.UU.

“La captura no tendrá un impacto más significativo que la victoria moral”, dijo Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la Oficina de Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA).

Para herir al cartel, el Gobierno mexicano debería ir sobre sus activos, intervenir cuentas bancarias y propiedades, y limpiar la corrupción en el Estado, dijo Vigil.

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