Familiares buscan a sus parientes entre las cenizas
Familiares de los desaparecidos por la erupción del Volcán de Fuego, en Guatemala, se adentraron, armados con palas y picos, este fin de semana en la comunidad San Miguel Los Lotes con la intención de encontrar más cuerpos de víctimas de la tragedia, que hasta ahora ha dejado 110 muertos.
Los parientes se saltan los cordones de seguridad para llegar a la zona 0 y cavan entre los escombros y toneladas de ceniza para encontrar a sus familiares en la comunidad sepultada, en el sur del país.
“Nuestro deber es encontrarlos”, comentó Elder Vásquez, de 49 años, apoyado por socorristas voluntarios para sacar la ceniza sobre el área en la que está su casa.
Vásquez, vestido con camiseta blanca, sucia por el sudor y la tierra, no tiene más remedio que excavar si quiere hallar a su esposa y cinco hijos desaparecidos, ya que las autoridades desde el miércoles suspendieron las labores de búsqueda por la inestabilidad del terreno y la constante actividad del volcán.
Las autoridades argumentaron que esas condiciones ponen en peligro a los socorristas, policías y soldados conscriptos que trabajan arduamente desde el domingo 3 de junio, cuando se registró la tragedia.
La desesperación por la suspensión de la búsqueda de las autoridades llevó a los pobladores a internarse desde el jueves en la zona de la catástrofe, pese a las advertencias de riesgo.
“Uno por la familia da la vida”, explica Vásquez, como un desafío al volcán que aún lanza ceniza.
El coloso, de 3.763 metros de altura y situado a 35 km al suroeste de la capital, expulsa material piroclástico en los últimos días, según el instituto estatal de vulcanología de Guatemala.
El material, compuesto por gases tóxicos, piedras y materia volcánica y que puede alcanzar altas velocidades cuando desciende la montaña, fue el causante del desastre del domingo.
“El gobierno nos abandonó, nos dejó como basuras, pero nosotros por nuestra propia cuenta vamos a desenterrar los cuerpos”, agrega Eufemia García, de 48 años, quien busca a tres hijos, su mamá, sobrinos y hermanos.
La mujer, encabezaba una fila de vecinos que sin importarles el riesgo, caminaba hacia el epicentro de la tragedia.
Los protocolos internacionales establecen que después de 72 horas de una tragedia se suspenden las operaciones de búsqueda al considerarse que ya no hay posibilidades de encontrar sobrevivientes.
Sin embargo, el ente a cargo de la protección civil, la estatal Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), aún no da la orden ni declara la zona como un camposanto.
El sábado pasado solo una pequeña patrulla de bomberos rastreaba un área de la localidad vecina de Alotenango en busca de desaparecidos en un tramo de la carretera.
Los vecinos que sobrevivieron lograron que una empresa constructora les prestara una máquina excavadora y con una colecta entre ellos reunieron dinero para el combustible, explicó Ronald Enríquez, uno de los conductores del vehículo.
El operario de la máquina y otros pobladores buscaban un camino rodeado por cafetales para llegar a una de las casas y demolerla. Mientras, el equipo pesado del gobierno trabaja para despejar la ruta nacional 14, una de las principales vías turísticas del país, que une Antigua y Puerto Quetzal.
La tragedia
→ Balance. La erupción del Volcán de Fuego dejó , el pasado 3 de junio, 57 personas heridas y 12.407 evacuadas, de las cuales 4.175 permanecen en albergues, según el último balance de la Coordinadora para la Reducción de Desastres.
→ 21 albergues fueron habilitados para acoger a las personas evacuadas de las zonas de riesgo.
→ Aferrados. Pobladores de las comunidades se resisten a abandonar sus viviendas por el peligro de que sean saqueadas. (I)