Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alerta de la posible ola de ataques terroristas que podría registrarse en el ámbito internacional antes de que termine el año. Un equipo de especialistas del Consejo de Seguridad dibujó una imagen preocupante sobre el movimiento extremista islamita global, que representa una amenaza.

Los autores del informe estiman, según The Guardian, que cerca de 30.000 extranjeros que viajaron al califato para luchar podrían continuar vivos. Además, que de las 6.000 personas que viajaron de Europa a Irak y Siria para unirse al grupo terrorista Estado Islámico (EI), un tercio fue asesinado, otro tercio continúa en la región o está en otro lugar y el resto quizás regresó a Europa.

“Algunos se unirán a Al-Qaeda u otras organizaciones terroristas. Algunos de ellos se convertirán en líderes y radicales”, advierten los autores de la investigación.

El documento se basa en la información suministrada por agencias de inteligencia de los Estados miembros de la ONU y ofrece una idea del pensamiento global que impera en los servicios de seguridad del mundo. Aunque ahora se registran menos ataques similares a los ocurridos entre 2015 y 2016, que terminaron con cientos de vidas en Alemania, Francia y Bélgica, la situación obliga que Europa mantenga la alerta. Además, el documento plantea como significativa la amenaza de los combatientes terroristas extranjeros que viven en campamentos superpoblados en Siria, donde las milicias, respaldadas por EE.UU., luchan contra las fuerzas del régimen y retienen a miles de militantes y a sus familiares. (I)