Por: Juan Fernando Terán. Analista.

A través de memes se insinuó que el canciller ecuatoriano ofreció asistencia técnica a Grecia y que ahora este país está peor que nunca.

Además del sentido obvio del mensaje, los tuits construyeron una semiosis con pretensiones de ser inexpugnable: los socialistas son irresponsables, se endeudan demasiado y conducen al colapso económico de sus países.

Cuando intentan resolverlo, buscan una moneda propia para financiar su permanencia en el poder mediante el aumento del gasto público en sueldos y salarios.

Al respecto de esta cadena de connotaciones, que está basada en mecanismos simbólicos como la ‘personificación’ del origen de todos los males, conviene recordar las opiniones de dos premios Nobel en Economía que se pronunciaron a favor del ‘NO’ en el referéndum griego.

Paul Krugman indicó que “la mayor parte, no todo pero la mayor parte, de lo que ha escuchado sobre el libertinaje y la irresponsabilidad de Grecia es falso.

Sí, el Gobierno griego estuvo gastando más allá de sus posibilidades a fines de la década pasada. Pero, desde ese entonces ha estado reiteradamente reduciendo el gasto e incrementando los impuestos.

El empleo gubernamental cayó más del 25% (…) si se suman todas las medidas de austeridad, estas han sido más que suficientes para eliminar el déficit original y convertirlo en un gran superávit.

Entonces, ¿por qué esto no sucedió? Porque, en gran parte, la economía griega colapsó como resultado de esas mismas medidas de austeridad”.

Por su lado, Joseph Stiglitz señaló que las razones para la crisis griega no son simples ni inmediatas. La definición ideológica del gobierno no es lo que enfrenta a Grecia con sus acreedores: “de hecho, los líderes europeos están finalmente comenzando a evidenciar la verdadera naturaleza del actual debate sobre la deuda. Y la respuesta no es placentera: se trata de poder y democracia mucho más que de dinero y economía”.

Sin duda, las implicaciones de la decisión tomada por la ciudadanía griega continuarán alimentando la discusión sobre lo que ‘realmente’ hacen o no dejan de hacer los socialistas. Sería bueno discutir sin ardides retóricos.

Pero, en Ecuador, lo deseable no es lo posible… especialmente cuando la derecha es intolerante y poco lúcida. (O)