Tras 58 días de encuentro en la hacienda Cashapamba, a 30 kilómetros al suroriente de Quito, las delegaciones del Gobierno de Colombia y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) concluyeron ayer el primer ciclo de la Mesa de Diálogos para la paz.

Durante este tiempo, los delegados gubernamentales, encabezados por Juan Camilo Restrepo, y del grupo insurgente, liderados por Israel Ramírez Pineda, alias ‘Pablo Beltrán’, definieron las prioridades de la agenda de discusiones.

Ayer, el subsecretario de la Cancillería ecuatoriana, Juan Meriguet, fue el encargado de dar lectura al comunicado conjunto que da a conocer los resultados del primer ciclo de diálogos que iniciaron el pasado 8 de febrero.

Según el documento que contiene 4 puntos, las partes han establecido un marco de referencia común para tratar la protección a las personas no combatientes y a la población civil, de los efectos que el conflicto armado les causa, mediante acciones o acuerdos de carácter humanitario, de conformidad con el Derecho Internacional Humanitario y, en consecuencia, disminuir la intensidad del conflicto.

El punto 2 precisa que en el próximo ciclo de diálogo se trabajará en un proceso para desarrollar un programa piloto de desminado humanitario; el punto 3 indica que el primer tema de la negociación que corresponde a la ‘Participación de la Sociedad para la Construcción de la paz’ y las ‘Dinámicas y acciones humanitarias’ seguirán también en el próximo ciclo.

En el último punto, las partes señalan que se han puesto de acuerdo en los términos de referencia con los que trabajará el Grupo de Países de Apoyo, Acompañamiento y Cooperación al Proceso de Paz.

El texto del comunicado concluye con un agradecimiento a los países garantes: Brasil, Chile, Cuba, Noruega, Venezuela y, especialmente, a Ecuador, por la generosa hospitalidad, y subraya que las delegaciones se volverán a encontrar el 3 de mayo, en Quito, para el inicio del segundo ciclo.

Dos sectores se suman al diálogo

El representante del ELN, Pablo Beltrán, reveló que se ha acordado aceptar la intervención de un segundo grupo de la comunidad internacional, para que acompañe en las mesas de diálogo, “lo cual para nosotros es muy importante”, dijo, pero no reveló qué países lo integran.

Asimismo, saludó la presencia en las mesas de diálogo de dos comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Pastor Alape y Carlos Lozada, quienes han venido a hacer un intercambio con la delegación del ELN. Precisó que el objetivo es sincronizar los procesos de paz.

El jefe de la misión del Gobierno de Colombia, Juan Camilo Restrepo, dio la bienvenida a los delegados de las FARC y destacó los dos grandes compromisos alcanzados en el primer ciclo de diálogos: que el derecho internacional humanitario es el faro que guiará el trabajo de la mesa de discusiones, y que el objetivo es trabajar con ahínco para sacar a la población civil, inocente, no combatiente de los rigores de la guerra.

Y el segundo gran compromiso, dijo, es que “las dos delegaciones nos hemos puesto de acuerdo en que se iniciará un programa de desminado humanitario, cuyos detalles técnicos y operativos habrán de establecerse en las semanas venideras, pero está dado el acuerdo político”, precisó.

Compromiso para el cese al fuego

Restrepo aseguró que la decisión del Gobierno colombiano es avanzar rápidamente “en un acuerdo para el cese del fuego con el ELN”, serio, estable y duradero, para lo cual se requiere que esto vaya precedido de acciones humanitarias, del desescalamiento del conflicto y de medidas que saquen a la población civil de la guerra.

A su vez, Beltrán aseguró que se deberá configurar un cese al fuego que acompañe las negociaciones. “Vamos a ir progresivamente creando un clima de bajar la intensidad del conflicto”, y pidió el cese al fuego contra los líderes sociales. (I)

DATOS

14 delegados del Gobierno de Colombia y 14 del Ejército de Liberación Nacional (ELN) iniciaron de forma reservada las negociaciones el 8 de febrero de este año.

A 9 días de iniciadas las conversaciones, el 18 de febrero, las partes emitieron el primer informe para dar a conocer la forma como abordarán los temas de participación de la sociedad civil para construir la paz.

La hacienda Cashapamba, ubicada en el cantón Rumiñahui, es propiedad de la comunidad Jesuita y ofrece las seguridades necesarias para las negociaciones que se desarrollan bajo absoluta reserva.

Se prevé crear un fondo de apoyo por parte de los países amigos de este proceso de negociaciones, conforme está planteado en la agenda elaborada y aprobada el 30 de marzo del año pasado.