Gobierno de México declara luto nacional por ataque terrorista
México vive desde ayer un luto nacional por la matanza de al menos 52 personas en el incendio intencional de un casino de la ciudad de Monterrey a manos de desconocidos, a los que el presidente Felipe Calderón calificó de “terroristas”.
Un grupo armado asaltó e incendió el jueves el casino Royale de Monterrey, tercera ciudad de México, dejando un balance provisional de 52 muertos y una decena de lesionados por intoxicación y quemaduras, según informó Rodrigo Medina, gobernador del estado de Nuevo León.
El país amaneció ayer con la difusión, por parte de las autoridades, de un video de seguridad en el que se ve a un grupo de entre 8 y 9 delincuentes llegar al edificio y, con frialdad, sacar unos garrafones con combustible y prenderle fuego al establecimiento, ubicado frente a una congestionada avenida.
Los delincuentes, que tardaron solo dos minutos y treinta segundos en perpetrar el atentado, fueron calificados como “terroristas” por el presidente Felipe Calderón, cuyo Gobierno ha evitado hasta ahora referirse de esa manera a los grupos criminales que operan en el país.
En una declaración a medios de prensa efectuada en su residencia oficial, el mandatario mexicano expresó sus condolencias y decretó tres días de duelo nacional a partir del jueves frente a lo que consideró como el “más grave atentado contra la población civil inocente que haya visto el país en mucho tiempo”.
“Pondremos todos los recursos a nuestro alcance para averiguar quiénes son los responsables y hacerles pagar por este crimen”, aseguró el gobernante, quien antes encabezó una reunión de su gabinete de seguridad nacional para después desplazarse a Monterrey.
Peritos de criminalística reportaron que entre los muertos hay 35 mujeres y 10 hombres, mientras que aún se desconoce el sexo del resto de víctimas.
Sobre las motivaciones del ataque, el gobernador Rodrigo Medina expresó que se siguen varias líneas de investigación y precisó que una de ellas sería una represalia por falta de pago del establecimiento a algún grupo del crimen organizado.
Nuevo León y el resto del noreste mexicano padecen, desde hace más de un año y medio, una espiral de violencia atribuida a un enfrentamiento entre los anteriormente aliados carteles del Golfo y Los Zetas.
Desde su residencia oficial, Felipe Calderón reclamó al Gobierno de Estados Unidos que sea más eficiente en la lucha contra el consumo de drogas en su país y que detenga la venta de armas de alto poder, que alimentan al crimen organizado mexicano.
“Es mi deber hacer un llamado a la sociedad, al Congreso y al Gobierno de Estados Unidos. Les pido que reflexionen acerca de la tragedia que estamos viviendo en México y muchos países latinoamericanos. Somos vecinos, aliados, amigos, pero también ustedes son responsables”, manifestó el mandatario.
Calderón, quien a su llegada a la presidencia a fines de 2006 lanzó una ofensiva antidrogas que cuenta con 50.000 soldados, anunció que se enviarán más fuerzas de seguridad al estado de Nuevo León y al resto del noreste de México tras advertir que a los criminales hay que enfrentarlos con mayor contundencia.
“Cuanto más se metan con gente inocente más contundentemente vamos a actuar contra ellos”, advirtió el presidente mexicano. Además, dio a conocer que se ofrecerá una recompensa de $ 2,4 millones a quienes informen sobre los responsables de la tragedia.
También dijo que se investigarán unas presuntas irregularidades del casino Royale que, según medios, fue clausurado en mayo pasado por falta de permisos y reabierto días después, merced al amparo de un juez.