Gobierno colombiano y FARC reanudan en Cuba diálogo de paz
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno de ese país suramericano inician este martes un nuevo ciclo de las conversaciones de paz con la apertura del segundo punto de la agenda, referido a la participación política.
Ambas partes retoman el diálogo luego de concluir a finales de mayo el primer punto del programa (desarrollo agrario y rural), con los primeros acuerdos que logran las dos delegaciones en el proceso iniciado el 19 de noviembre último en esta capital.
Bajo el título "Hacia un nuevo campo colombiano: reforma rural integral", el pacto sobre el asunto de la tierra se propone lograr transformaciones radicales para una realidad agraria con equidad y democracia.
De acuerdo con un comunicado conjunto emitido al concluir el noveno ciclo de pláticas, se trata de reformas encaminadas a revertir los efectos del conflicto y restituir a las víctimas del despojo y el desplazamiento forzado.
Luego de dos semanas de los acuerdos, el miembro del equipo guerrillero a las conversaciones Andrés París afirmó el domingo pasado que insistirán en la mesa de paz en la necesidad de abrir horizontes a la participación política para todos.
En entrevista exclusiva al diario El Espectador, de Colombia, París abogó por una reforma estructural que dé garantías políticas a las fuerzas que puedan salir de la insurgencia.
"Las FARC, subrayó, siempre han planteado el ensanchamiento de los espacios políticos para la oposición. Hemos luchado por una apertura democrática y confrontado el restringido sistema bipartidista colombiano", aseveró.
Por su parte, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, expresó el 7 de junio último su esperanza de culminar antes de finalizar este año las conversaciones de paz.
Además de la cuestión agraria y la participación política, la agenda de los acercamientos -que recoge temas considerados indispensables de cara a cualquier esfuerzo para acabar la violencia y su saldo de muertos y desplazados- incluye la atención a las víctimas, el problema del narcotráfico y el fin del conflicto armado.
El programa suscrito cuenta, además, con mecanismos de implementación, verificación y refrendación de los acuerdos que puedan alcanzarse.
Las pláticas -con sede en el Palacio de Convenciones de La Habana- tienen a Cuba y Noruega en el rol de garantes, mientras que Venezuela y Chile fungen como acompañantes.