El ministro argentino de Defensa, Arturo Puricelli, ordenó este miércoles a la Armada investigar las causas del repentino hundimiento del destructor ARA Santísima Trinidad, utilizado en la guerra de las Malvinas contra Gran Bretaña, que se encontraba anclado en la base de Puerto Belgrano.

 "Es muy raro que un buque que está desactivado y con guardia mínima pueda hundirse en cuestión de horas", dijo el titular de la cartera castrense al señalar que no descartan un posible "sabotaje".

"Hay una mano rara, o hay que buscar una explicación coherente y lógica", subrayó Puricelli.

En declaraciones a la agencia de noticias Télam, el funcionario indicó que se trata de un navío que generacionalmente no es tan viejo, es de la década del 70 (del pasado siglo), mientras hay otros como el Sarmiento "que tienen más de 100 años y no se han hundido por estar amarrados".

Insistió en que en pocas horas el buque se hundió y quedó escorado rápidamente, por lo cual la avería tendría que haber sido muy grande, o alguien abrió una válvula para lograr su hundimiento.

El Santísima Trinidad fue durante la guerra de las Malvinas el buque insignia de las fuerzas de tareas anfibias desde donde desembarcaron los primeros comandos a la isla.  La nave había pasado pasado a la condición de “receso temporario” en el año 2000 y fue retirada definitivamente del servicio activo en 2004, indicó la Armada.