Es PhD en Sociología, profesora investigadora del área de Sociología y Estudios de Género en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Gioconda Herrera conversó con EL TELÉGRAFO sobre el tema migratorio.

¿Cómo ve la separación de niños de sus padres en la frontera entre México y EE.UU.?

Es una política inaceptable. En ningún momento en Estados Unidos se llegó a atentar contra los derechos de los niños. En la esclavitud, por ejemplo, se separó a los niños de sus madres. Es una política extrema que el Gobierno de ese país justificó como parte de la política de disuasión. Eso tampoco es nuevo, desde los 80 se estableció una serie de medidas para ello. En esa época empezaron las redadas y la militarización para amedrentar y disuadir el cruce de la frontera.

¿Qué se puede hacer para evitar que la gente salga de su país?

Hay varias realidades: las migraciones han existido siempre y son un derecho de las personas. Han sido la base fundamental de la conformación de los Estados Unidos o del Cono Sur. Plantearse la idea de que eso va a parar es partir de una realidad histórica distorsionada. Hay que buscar que esa migración no sea en forma irregular porque vulnera a las personas, más aún a los niños y mujeres que atraviesan grandes distancias y pasan por peligros que empeoran sus condiciones. El tema es cómo hacemos para que la migración sea regularizada y cuide los derechos de los migrantes.

¿Es un problema integral?

Hay una conjunción de elementos en torno a la migración: la política de los países de destino; las de los países de salida. En las localidades de origen muchas veces no hay condiciones económicas para impulsar el desarrollo de esas personas. También se forman redes aquí y allí que dinamizan los procesos migratorios.

¿Qué papel juegan los coyotes para propiciar la migración?

Frenar el coyoterismo es muy difícil, el control de una ruta implica la apertura de otra. Son rutas móviles, tampoco la penalización de los coyotes significa su eliminación. Hay que mirar el símil con leyes prohibicionistas. El cierre de las fronteras produce esa serie de ilegalidades. (I)