Funcionarios paraguayos, quienes intentaron asistir a una reunión ministerial de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), en Lima, admitieron ayer  el generalizado rechazo de los restantes países participantes en el evento.
El Gobierno paraguayo, sancionado por la Unasur y el Mercosur tras la destitución en junio del presidente constitucional, Fernando Lugo, no fue invitado a la cita, pero sus representantes quisieron estar presentes     en las deliberaciones mencionadas.

Hugo Cacace, viceministro de Energía y Minas, y el embajador Ricardo Scavone, se negaron a marcharse, a pesar de que la presidencia de la reunión, ejercida por Ecuador, les comunicó que debían hacerlo para no entorpecer el intercambio programado.

El ingeniero Ricardo Canese, quien viajó a Lima como parlamentario del Mercosur y miembro de la Comisión de Energía de esa entidad, contó que nueve de los delegados reclamaron “a viva voz”, el retiro de los paraguayos y ni una sola de las restantes misiones apoyó su permanencia allí.

Ante la intransigencia paraguaya, calificada por algunos como una suerte de provocación, los delegados de los otros Estados comenzaron a marcharse del lugar y la reunión fue suspendida, agregó.

En todo momento los representantes de los gobiernos me dijeron explícitamente que el problema es con el gobierno golpista de Paraguay, pero  no con el pueblo paraguayo, añadió.

Lo sucedido en este encuentro de la Olade es resultado de la exclusión del gobierno de Federico Franco de numerosos foros regionales e internacionales a causa del quiebre del proceso institucional en junio, situación repetida actualmente en la XXII Cumbre Iberoamericana de Cádiz.