Fuerzas Armadas de EE.UU. evalúan si las mujeres pueden estar en todos los puestos de combate
Mujeres en puestos de combate, incluso los más riesgosos: las Fuerzas Armadas estadounidenses, que acaban de otorgar a dos mujeres la insignia de los Rangers, combatientes de élite, está oficializando una evolución iniciada hace tiempo en el terreno.
El hecho de que dos mujeres hayan demostrado que son capaces de culminar esta formación extremadamente dura, tanto desde el punto de vista físico como mental, muestra que "la realidad y las percepciones" sobre la capacidad de combate de las mujeres empiezan a coincidir, explicó este martes Janine Davidson, una expiloto de la Fuerza Aérea estadounidense y exfuncionaria del Pentágono.
A pesar de que algunos dudan aún de esa capacidad, desde hace décadas cada vez más mujeres ocupan posiciones de combate, agregó.
A principios de los 90 las mujeres de la Policía Militar que cumplían funciones en los Balcanes se encontraron a menudo bajo fuego enemigo, recordó en una conferencia telefónica organizada por el grupo de reflexión Council on Foreign Relations.
Mujeres teóricamente excluidas de los puestos de combate en infantería, artillería y blindados se vieron en realidad abiertamente expuestas a los disparos enemigos durante la primera década de este milenio en Irak y Afganistán, explicó.
En esas guerras sin frentes claramente definidos, cualquier soldado puede hallarse en realidad en contacto con un enemigo, al volante de un camión o en un banal puesto de control, afirman los expertos.
De hecho, cerca de 9.000 militares norteamericanas recibieron la condecoración que recompensa a los soldados que hubieran "entablado activamente combate con el enemigo", y dos recibieron la Silver Star, prestigiosa distinción por "el coraje frente a un enemigo de Estados Unidos", según un reciente informe del Servicio de Documentación del Congreso.
Las estadounidenses también pagaron con sangre su dedicación militar: 161 de ellas resultaron muertas y 1.015 heridas en la "guerra contra el terrorismo" iniciada por Estados Unidos tras el 11 de septiembre de 2001, según la misma fuente.
La escuela de formación de los Rangers se abrió por primera vez a las mujeres (seleccionadas tras exigentes exámenes) en la última primavera boreal, en el marco de ensayos realizados por el Pentágono para que las mujeres tuvieran un acceso sin restricciones a los puestos de combate.
La administración Obama implantó en 2013 el principio de que todos los puestos de combate podían ser ocupados por mujeres, salvo excepciones que debían ser debidamente justificadas por los servicios involucrados (Ejército, Marina, Fuerza Aérea y cuerpo de Marines).
Pero "una integración exitosa de las mujeres en los puestos que actualmente le están vedados exige que seamos prudentes y decididos", recordó el martes el capitán de navío Jeff Davis, portavoz del Pentágono.
Por eso el departamento de Defensa se dio plazo hasta enero de 2016 para zanjar definitivamente el tema de qué cargos deben estar vedados a las mujeres si es que alguno debe estarlo.
Los diferentes servicios de las Fuerzas Armadas vienen realizando desde 2013 ensayos y estudios científicos para determinar si algunos cargos deberían seguir siendo únicamente masculinos o si todos pueden ser mixtos.
Los Marines, el cuerpo expedicionario del Ejército estadounidense, fuerza de élite que a menudo estuvo en la primera línea de combate en la última década, abrió a título experimental sus escuelas de infantería a las mujeres.
Ninguna superó con éxito la formación para oficiales, físicamente muy dura. Sin embargo, más de un centenar pasó la formación para soldados rasos. Por su lado, los Marines realizaron un estudio sin precedentes para evaluar el impacto de la diversidad en sus unidades.
Crearon un batallón mixto, que durante 90 días multiplicó los entrenamientos de combate en California, durante los cuales fueron cuidadosamente registrados los desempeños respectivos de los grupos enteramente masculinos, los grupos que contaban con unas pocas mujeres y los que tenían hasta 15% de mujeres.
Los resultados del estudio están siendo analizados y serán transmitidos las próximas semanas al comando de los Marines, según el teniente Philip Kulczewski, portavoz de ese cuerpo.
Las mujeres constituyen alrededor de 15% de todos los efectivos de las Fuerzas Armadas estadounidenses. (I)