Fuerzas aliadas atacan Trípoli
Las tropas del líder libio Muamar el Gadafi volvieron ayer a bombardear la capital, Trípoli, mientras que la base naval de Boussetta (10 km al este de Trípoli) también fue atacada para tratar de cortar las líneas de abastecimiento de las tropas del régimen, informó la cadena de televisión Al Yazira.
Al mismo tiempo, tiros de la defensa antiaérea seguidos de explosiones fueron oídos, ayer en la noche, en el sector donde se encuentra la residencia de Muamar el Gadafi en Trípoli, según AFP.
Otra noticia que trascendió ayer en medios internacionales fue la muerte de Khamis Muamar, sexto vástago del líder libio, quien habría fallecido en un ataque suicida perpetrado al cuartel de Bab al-Aziziatel cuando un piloto libio intencionalmente estrelló su avión en el lugar.
La noticia fue divulgada por los diarios Shuruk de Argelia y Bild de Alemania. De acuerdo con el portal Solaria Sun, el gobierno libio ha negado la muerte de Khamis.
Con su operación Odisea del Amanecer, la coalición internacional efectuó nuevos bombardeos aéreos y disparos de misiles de crucero Tomahawk en aplicación de la resolución 1973 de las Naciones Unidas, que ordena frenar los ataques de las tropas de Gadafi contra la población civil en las zonas bajo control rebelde. Según las imágenes de la cadena qatarí, en el cielo de Trípoli se apreciaron decenas de trazos rojos que dejaba el fuego antiaéreo sobre el fondo nocturno.
La coalición internacional, encabezada por EE.UU., Francia y Gran Bretaña, bombardeó ayer Sebha (750 km al sur de Trípoli), feudo de la tribu de Guededfa de Muamar Gadafi, indicó un portavoz del gobierno. Francotiradores leales a Gadafi mataron ayer a por lo menos 40 personas e hirieron a 300 en el bastión rebelde de Misrata, denunciaron fuentes insurgentes, en el tercer día de la ofensiva lanzada por una coalición internacional.
El régimen denunció, por su lado, que los ataques de la coalición habían matado el sábado a 48 civiles. El Pentágono indicó que carecía de indicios de que los bombardeos hubiesen provocado víctimas.
Mientras tanto, la coalición dio ayer señales de desavenencias internas cuando países europeos pusieron en duda que la ofensiva fuese acorde con la resolución de la ONU y cuestionaron la falta de claridad sobre quién está al mando de la misma.
Noruega indicó que suspendía la participación de sus seis caza F-16 hasta que se aclarase quién se ocupa de dar las órdenes. Varios países querrían que la Organización del Tratado del Atlántico Norte asuma la coordinación, e Italia insinuó que si ello no ocurre, tomará el control de las bases aliadas en su territorio. Ante esta situación, el presidente Barack Obama manifestó desde Santiago de Chile -dentro de su gira por América Latina- que quiere transferir a la OTAN el mando de la fuerza internacional en unos cuantos días.
Los embajadores de los 28 países de la OTAN cerraron ayer sin acuerdo otra jornada de discusiones sobre una posible implicación de la organización en operaciones en torno a Libia y volverán a estudiar la cuestión hoy, indicaron fuentes de la Alianza. “Aún no se ha tomado la decisión de actuar”, reconocieron las fuentes.