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Jorge Bergoglio ofició una misa ante un millón de personas en el Parque Bolívar de Bogotá

Francisco pide a los colombianos que huyan de la venganza

El máximo líder de la Iglesia católica saluda desde el papamóvil a las personas que se reunieron masivamente en la Plaza Bolívar de Bogotá.
El máximo líder de la Iglesia católica saluda desde el papamóvil a las personas que se reunieron masivamente en la Plaza Bolívar de Bogotá.
Foto: AFP
08 de septiembre de 2017 - 00:00 - Rafael Croda. Corresponsal en Bogotá.

El papa Francisco exhortó ayer a los colombianos a dar el primer paso hacia la reconciliación nacional tras la paz lograda con la exguerrilla de las  Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). También  pidió al país erradicar de una vez por todas la exclusión social y la pobreza, que son las causas de la violencia.

En su primer día de actividades oficiales en el país, Francisco reiteró sus llamados a la paz, al perdón y la reconciliación a lo largo de la jornada, durante la cual se reunió con el presidente colombiano Juan Manuel Santos, con 22.000 jóvenes que abarrotaron la céntrica Plaza de Bolívar y con obispos de Colombia y América Latina.

Al ser recibido por Santos en la explanada del presidencial Palacio de Nariño, el jerarca católico pidió a las élites colombianas, que tradicionalmente han excluido del desarrollo a amplios segmentos rurales, “a poner la mirada en todos aquellos que hoy son marginados por la sociedad, aquellos que no cuentan para la mayoría y son postergados y arrinconados”.

“Y, por favor -dijo-, les pido que escuchen a los pobres, a los que sufren. Mírenlos a los ojos, déjense interrogar en todo momento por sus rostros surcados de dolor y sus manos suplicantes. En ellos se aprenden verdaderas lecciones de vida, de humanidad y de dignidad”.

Francisco citó pasajes del discurso que pronunció en 1982 ante la Academia Sueca el novelista colombiano Gabriel García Márquez al recibir el Premio Nobel de Literatura de ese año y el cual habló de que “ni los diluvios, ni las pestes, ni las hambrunas, ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte”. Este viaje, aseguró Francisco, “quiere ser un aliciente para ustedes, un aporte que en algo allane el camino hacia la reconciliación y la paz”.

El regente católico, quien llegó el miércoles a Colombia para realizar una visita de cinco días, reconoció los esfuerzos que se han hecho en las últimas décadas para poner fin a un conflicto armado que comenzó en 1964 con el surgimiento de la guerrilla de las FARC con un ideario agrario y con la consigna de parar el despojo de tierras a campesinos pobres por parte de latifundistas.

En esa búsqueda de la paz y de caminos de reconciliación, añadió, “en el último año se ha avanzado, de un modo particular”.

Francisco no mencionó expresamente los acuerdos de paz firmados en noviembre pasado con las FARC, los cuales siempre impulsó el líder religioso. Y es que esos pactos que propiciaron el desarme de esa exguerrilla y su transformación en partido político legal son rechazados por una parte importante de la sociedad colombiana, que quisiera ver a los excomandantes tras las rejas y no haciendo política.

Precisamente esa polarización de los colombianos frente a la paz con la FARC es lo que el Papa llamó a superar en su primer discurso oficial de su visita a Colombia.
“Los pasos dados -dijo Francisco- hacen crecer la esperanza en la convicción de que la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos”.

Y este trabajo, indicó, “nos pide no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y, a pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica, persistir en la lucha para favorecer la cultura del encuentro que exige colocar en el centro de toda acción política, social y económica a la persona humana, su altísima dignidad y el respeto por el bien común”.

Este esfuerzo “nos hará huir de toda tentación de venganza y búsqueda de intereses solo particulares y a corto plazo”, agregó el líder católico, quien en diciembre pasado medió en un encuentro en el Vaticano al que él convocó entre el presidente Santos y el expresidente Álvaro Uribe, principal opositor a los acuerdos con las FARC y quien tiene altos niveles de popularidad y de rechazo entre los colombianos.

En el Palacio de Nariño, el Sumo Pontífice fue recibido por el presidente Santos y su esposa, María Clemencia Rodríguez.

Santos y el Santo Padre encendieron un pebetero con el símbolo de la paloma de la paz y luego se sentaron frente a la entrada del inmueble presidencial, donde fue colocada la escultura de una paloma realizada por el artista plástico colombiano Fernando Botero.

La Orquesta Sinfónica Nacional entonó el himno del Vaticano y acompañó el cantante colombiano Fonseca en la interpretación del himno de su país y de la pieza ‘Puede ser’, compuesta para la ocasión. Después actuaron los coros de la Escuela de Música Desepaz y de la ópera de Colombia.

Niños, algunos con síndrome de down y discapacidades motrices, le hicieron regalos al Papa, quien los saludó y bendijo.

En la explanada del Palacio de Nariño estuvieron unos 750 invitados, entre miembros del cuerpo diplomático acreditado en Colombia, autoridades políticas, líderes religiosos, empresarios y representantes de la sociedad civil.

En su discurso, Santos dijo que gracias a los acuerdos de paz con las FARC miles de colombianos se han salvado de morir en la guerra, “pero nos falta dar el primer paso hacia la reconciliación, que el más importante de todos, porque de nada vale silenciar los fusiles si seguimos armados en nuestros corazones”.

Luego el Papa sostuvo una reunión privada con el presidente Santos y, al terminar, se trasladó a la Catedral Primada de Colombia, que queda a cuatro cuadras de la sede presidencial.

Francisco hizo el corto recorrido en el papamóvil y aprovechó para saludar a unos 22.000 jóvenes que estaban congregados en la Plaza de Bolívar, frente a la catedral. Por la tarde se reunió con cardenales y obispos latinoamericanos y ofició una misa ante un millón de personas en el Parque Bolívar de Bogotá. (I)

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