“Je suis Charlie” (Todos somos Charlie) es la consigna de rechazo al atentado a la redacción del semanario francés Charlie Hebdo que se ha extendido como un tsunami en las redes sociales de Francia y del mundo en las últimas horas. En tanto, una marea de policías, unos 88.150, busca puerta a puerta a los sospechosos del ataque, en la región  de Picardie, al norte del país.

París todavía no se recupera del ataque terrorista más sangriento de los últimos 40 años. La herida quedará abierta por largo tiempo, pero estará en carne viva hasta que no encuentren a los 3 responsables del atentado ocurrido este miércoles contra la sede del semanario satírico, en el que murieron 12 personas y dejó 11 heridos.

El día después de la jornada sangrienta comenzó, además del minuto de silencio para las víctimas, con un confuso tiroteo en el sur de París, que dejó a una policía muerta, y varios ataques a mezquitas. En tanto, intentan seguirle la pista a los 2 prófugos ya que 1 de los 3 supuestos responsables se entregó la noche del miércoles a las autoridades.  

Los 2 hermanos y principales sospechosos identificados como Chérif Kouachi, de 32 años, y Said Kouachi, de 34, fueron localizados ayer cerca de Villers-Cotterêts, en el noreste de la capital francesa, donde las fuerzas del orden desplegaron unidades especiales y se efectuó un operativo para lograr su captura. Hasta ayer se reportaron 7 detenciones.

Según investigaciones, en su huida, los hermanos Kouachi dejaron abandonado, en el norte de París, un vehículo donde la policía encontró cocteles molotov y banderas yihadistas. El menor de los atacantes, un yihadista conocido de los servicios antiterroristas, fue condenado en 2008 por participar en una red para enviar combatientes a Irak, donde incorporaban a las filas de la rama iraquí de Al Qaeda, dirigida entonces por Abu Musab al Zarkaui.

El atentado ha sido relacionado con una venganza de los islamitas radicales. Charlie Hebdo publicó en 2006 caricaturas del profeta Mahoma que provocaron condenas y protestas en países musulmanes.

Por su parte, los compañeros de clase de Mourad Hamyd, de 18 años, que se entregó y que es acusado de conducir el vehículo que trasladaba a los terroristas salieron a defenderlo a través de Twitter, donde aseguraron que en el momento del ataque, el chico se encontraba en la universidad con ellos, publicó La Nación.

Hamyd se entregó a la policía en su ciudad natal de Charleville Mezieres, cerca de la frontera con Bélgica, después de que fue nombrado como uno de los 3 sospechosos en el ataque y vio su nombre en las redes sociales.

Introducir la pena de muerte

Ante este atentado, la líder del partido francés de extrema derecha Frente Nacional, Marine Le Pen, propuso introducir la pena de muerte en el país, publicó en su cuenta de Twitter.

La declaración se produjo después de que la política afirmara también que Francia debe combatir el “fundamentalismo islámico” que “causa miles de muertes cada día en el mundo”, citó RT.

A la par AFP comunicó que una radio del grupo Estado Islámico calificó de “héroes” a autores del ataque contra Charlie Hebdo.

El Gobierno de Francia elevó al máximo el nivel de alerta terrorista en el país al que se lo conoce como el plan “Vigipirate”. El mismo, es un operativo permanente de vigilancia, prevención y protección contra el terrorismo, que dirige el primer ministro Manuel Valls, y que pone en alerta a las fuerzas del orden y a los servicios de emergencia de Francia; implica reforzar el control de personas y otorga a miembros de las Fuerzas Armadas autoridad para realizar tareas de vigilancia. También se restringe el estacionamiento de vehículos en lugares públicos.

Caricaturistas esgrimen lápices

Caricaturistas latinoamericanos condenaron el sangriento atentado contra el semanario satírico. Artistas como el argentino Liniers, el brasileño Carlos Latuff y el chileno Francisco Olea difundieron en redes sociales dibujos para expresar su pesar por la muerte de sus colegas.

Liniers que recientemente ilustró la tapa de la revista estadounidense The New Yorker publicó un dibujo en el que se observa a un personaje comentándole a otro: “Yo, de lo que soy fanático es de no ser fanático”.

El chileno Francisco Olea escribió “Se puede acabar el agua en este planeta, pero si se acaba el humor, nos morimos todos”. Poco después retuiteó una composición del artista callejero Banksy, en la que aparecen instrumentos de diseño como lápiz, goma de borrar, regla y sacapuntas colocados de manera que forman un fusil y enmarcada con la inscripción “¡A tomar las armas compañeros”.

El colombiano Vladimir Flores, conocido como Vladdo, recordó que, siendo musulmán, “es difícil” opinar sobre las caricaturas de la controversia, “pero aquí el punto no es si las caricaturas eran ofensivas o no, sino que a todas luces es una reacción desproporcionada para una caricatura”. Otros que expresaron su rechazo a la masacre fueron los brasileños Maurício de Sousa, Adao Itussurugai, Allan Sieber, André Dahmer y Ziraldo, a quienes se sumaron el colombiano Julio César González (Matador), el venezolano Eduardo Sanabria (Edo) y su compatriota Rayma.

A los caricaturistas se sumaron los líderes de las naciones que unieron su voz para protestar y condenar el ataque en París, así como los medios de comunicación que han publicado numerosas muestras de apoyo a las víctimas y de repudio hacia el atentado.

Varias ciudades de Francia efectúan multitudinarias jornadas de vigilias en memoria de las víctimas y rechazan la violencia. La Torre Eiffel ayer también ‘se apagó’.

DATOS

Se guardó un minuto de silencio en Francia en homenaje a las víctimas del ataque contra la sede de Charlie Hebdo en París.

Banderas yihadistas y cocteles molotov fueron encontrados en el coche Citroën C3 negro abandonado por los hombres armados tras el ataque, informa ‘Le Figaro’.

La líder del partido de extrema derecha Frente Nacional, Marine Le Pen, propuso introducir la pena de muerte en el país.

El próximo número de Charlie Hebdo, que será lanzado el miércoles venidero, tendrá un millón de copias. La edición contendrá 8 páginas, en lugar de las 16 normales.

La policía bloqueó accesos a París y blindó la sede del gobierno. Miles de efectivos armados se desplegaron en la capital. 55.000 policías, 32.000 gendarmes, 1.150 militares y 5.000 unidades móviles.