Los franceses acudirán a las urnas en los tiempos de coronavirus
El coronavirus marcará las elecciones municipales en Francia este domingo, las primeras que se celebran en una Europa sacudida por esta crisis sanitaria y para las cuales las autoridades ordenaron medidas extraordinarias para evitar nuevos contagios.
El Gobierno francés, que decidió mantener los comicios a dos vueltas del 15 y 22 de marzo, pese a la expansión del virus a nivel mundial, emitió a inicios de semana una serie de medidas de protección inéditas, bajo el lema “Votar no es peligroso”.
Con ello, cada centro electoral deberá colocar marcas en el suelo para asegurarse de que “en cada etapa de la votación” los electores mantengan al menos un metro de distancia entre ellos, con el fin de evitar un “acercamiento prolongado”.
En cuanto a la higiene, se pedirá a los electores lavarse las manos antes y después de colocar su voto en las urnas y se desinfectarán las cabinas de votación continuamente durante el día.
“Esto es solo el principio de la epidemia, es la crisis sanitaria más grave desde hace un siglo”, dijo el presidente Emmanuel Macron, quien, sin embargo, dispuso el cierre de las universidades, escuelas y guarderías a partir de mañana, lunes, para garantizar el desarrollo de los comicios.
En Francia hay 47,7 millones de personas inscritas en el padrón electoral. Se espera que ellas acudan a las urnas para elegir los alcaldes y concejales de sus ciudades por los próximos seis años.
Estas elecciones representan un desafío para el gobierno de Macron, ya que el coronavirus podría provocar una abstención del 28%, según una estimación del instituto Ifop.
Una cifra nada desdeñable, sobre todo si se convierte en un factor que se sume a las tradicionales razones por las que los electores no van a las urnas, que ya provocaron una cifra récord de abstención de hasta el 37,8% en las municipales de 2014.
Los sondeos electorales también apuntan a un fracaso del partido del presidente francés, La República en Marcha, que carece de alcaldes al ser una formación nueva.
Pero lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta qué efectos podría tener toda esta crisis sanitaria sobre los resultados finales. “Esta campaña tiene algo muy particular.
No hay distribución de folletos, ni reuniones”, admitía confinado desde su casa en la cadena France24, Bruno Fortier, alcalde saliente de Crépy-en-Valois, comuna de l’Oise, uno de los lugares más afectados por el coronavirus y sujeto a restricciones drásticas.
Con 3.660 contagios y 79 muertos, Francia es uno de los países europeos más afectados por el covid-19, junto a Italia y España. En las últimas horas del viernes se registraron aproximadamente 600 nuevos casos.
“Los contagios se están acelerando”, reconoció Macron. El objetivo ahora, según explicó, es evitar el colapso de los hospitales.
Por eso se movilizarán a estudiantes en medicina y a médicos jubilados. El presidente emplazó a las personas de la tercera edad a que se queden en casa y que solo salgan para lo estrictamente necesario. Mismo consejo para las personas con enfermedades crónicas, las más vulnerables.
Gobierno garantiza el empleo
En la medida de lo posible, la gente deberá trabajar desde casa. A los que no vayan al trabajo o no puedan hacer teletrabajo, el Estado se hará cargo de sus salarios. “Hay que mantener el empleo”, zanjó el presidente.
Por eso, en los próximos días anunciará más medidas para evitar una crisis económica y financiera. Por lo pronto, anunció que no cobrará las cotizaciones sociales a las empresas y aunque aplaudió las medidas del Banco Central Europeo, que dijo que comprará 120.000 millones de euros de deuda pública privada y que mantendrá sin cambios las tasas de interés, el presidente Macron estimó que no serán suficientes.
En cuanto al cierre de fronteras, Francia no las descarta, pero el mandatario aseguró que será una medida que se tome a nivel europeo. (I)