Washington.-

El presidente estadounidense, Donald Trump, calificó de falsas las afirmaciones sobre una supuesta colusión con Rusia. Ayer, el fiscal especial Robert Mueller entrevistó a altos funcionarios de inteligencia para investigar si el mandatario obstruyó a la justicia en la indagación sobre el papel de Moscú dentro de las elecciones de 2016.

El fiscal Mueller solicitó entrevistas con cinco importantes funcionarios de los servicios de inteligencia, de los cuales 3 aceptaron el pedido.

Se trata de Daniel Coats, director nacional de inteligencia, que supervisa todas las agencias; Mike Rogers, director de la agencia de interceptación de comunicaciones NSA, así como su exadjunto Richard Ledgett. Esas entrevistas podrían tener lugar esta semana.

Trump se juega mucho en este caso. Si se encuentran pruebas de que él obstruyó a la justicia, podría iniciarse, en teoría, un procedimiento de destitución en el Congreso.

Según los diarios The Washington Post y The New York Times, esta investigación abarca una eventual connivencia entre allegados a Donald Trump y Moscú durante la victoriosa campaña electoral del magnate republicano.

La semana pasada, James Coney, exjefe del FBI ( Buró Federal de Investigaciones, por sus siglas en inglés) despedido por Trump a comienzos de mayo, dio cuenta de las presiones del presidente en la investigación sobre Rusia.

El Congreso presiona el caso

Por su parte, el Congreso estadounidense no disminuye la presión respecto a Rusia y conserva el control de las medidas tomadas en relación con Moscú.

Ayer, el Senado adoptó nuevas sanciones contra Rusia y un proyecto de ley que permite al parlamento impedir que el presidente las pueda levantar.

El hecho de ampliar el campo de la investigación a una eventual obstrucción de justicia por Donald Trump representa “un giro mayor” a este caso, subraya el Washington Post, que afirma además que los investigadores están a la búsqueda de potenciales delitos financieros entre colaboradores del multimillonario republicano. (I)

Estados Unidos vende a Catar cazabombarderos

Pese a las críticas del presidente Donald Trump, EE.UU. envía señales de que no abandonará a Catar, mientras que los esfuerzos diplomáticos se aceleran para encontrar una salida a la crisis del Golfo.

Dos navíos de la marina de guerra estadounidense arribaron al puerto de Hamad, al sur de Doha, para participar en un ejercicio conjunto con la Marina de Catar, señaló la secretaría de Defensa.

Por otro lado, el Pentágono anunció el miércoles que el secretario de Defensa, Jim Mattis y su homólogo catarí, Jaled Al Attiyah, habían alcanzado un acuerdo para la venta de aviones de combate F-15 fabricados en Estados Unidos por un monto de $ 12.000 millones. (I)