Fernández ultimó detalles de agenda antes de operación de cáncer de tiroides
La presidenta argentina, Cristina Fernández, ultimó hoy la agenda pendiente en su residencia de Olivos antes de su ingreso en un hospital de la provincia de Buenos Aires para someterse a una operación de cáncer de tiroides programada para mañana, miércoles.
Fernández ingresará en las próximas horas en el hospital universitario Austral, en la localidad bonaerense de Pilar, a unos 60 kilómetros de Buenos Aires, donde será intervenida mañana y permanecerá hospitalizada durante 72 horas, según adelantaron fuentes oficiales.
La presidenta se tomará una licencia de 20 días para recuperarse de la operación de un carcinoma papilar en la glándula tiroidea, una dolencia que, de acuerdo con los especialistas que tratan a la mandataria, tiene buen pronóstico y no le impedirá proseguir con sus actividades habituales en el futuro.
Durante la baja médica de Fernández será el vicepresidente, Amado Boudou, de 48 años, quien asumirá la jefatura del Gobierno.
Precisamente Boudou será uno de los pocos funcionarios que se reunirán hoy con la presidenta, quien, según medios locales, ha querido "dar las puntadas finales de la agenda de temas pendientes que deberá seguir (Boudou) mientras se extienda su convalecencia".
Fernández, de 58 años, será intervenida por el cirujano Pedro Sacco, del hospital universitario Austral, que hoy amaneció blindado por fuertes medidas de seguridad, mientras cientos de simpatizantes oficialistas acampaban en los alrededores en una vigilia que se prolongará hasta que la presidenta reciba el alta médica.
El hospital aplazó hoy los turnos de pacientes que no se consideraron urgentes, extremó las revisiones en los accesos y, según medios locales, desalojó la planta donde se atenderá a la presidenta para garantizar su seguridad y su privacidad.
Fernández, peronista, optó por atenderse en el Austral, del conservador Opus Dei, y no en el hospital Argerich, dependiente del Gobierno porteño, liderado por el opositor Mauricio Macri, donde tradicionalmente se ha intervenido a los mandatarios en una unidad habilitada para ellos.
Ubicado en un predio de 36.000 metros cuadrados, el hospital universitario Austral es uno de los más modernos del país y fue inaugurado en 2000 gracias al aporte económico del poderoso empresario Gregorio Pérez Companc, vinculado a los sectores del petróleo y la alimentación.
La enfermedad de la mandataria se hizo pública el pasado día 28, poco más de dos semanas después de que reasumiera la Presidencia, el 10 de diciembre, tras el arrollador 54 por ciento de votos conseguido en las elecciones de octubre.
Su forzada baja médica se produce en medio de una agitada agenda política por la decisión del Gobierno de suspender los subsidios a servicios básicos y los recientes conflictos que han surgido en la familia peronista.
Los disturbios en la sureña provincia de Santa Cruz, bastión oficialista y cuna de su esposo, el desaparecido expresidente Néstor Kirchner, han llevado a la presidenta a retirar su apoyo al gobernador Daniel Peralta.
La mandataria pidió también información de primera mano sobre la muerte del gobernador de Río Negro, Carlos Soria, que murió el domingo de un balazo en la cara supuestamente disparado por su esposa.
Aunque Cristina Fernández permanecerá de licencia hasta el 24 de enero, medios locales aseguran que ha dado instrucciones precisas para evitar que el vicepresidente tome decisiones sin consulta previa y pretende monitorear la gestión gubernamental a distancia.
Para ello, de acuerdo con el diario Clarín, se apoyará, entre otros, en su hijo Máximo, líder de la organización peronista juvenil la Cámpora; en el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; el secretario Legal y Técnico, Carlos Zanini, y el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido. EFE