La tradición para un piloto veterano que se jubila es que en su último vuelo un par de camiones de bomberos realicen el "saludo de agua", un saludo ceremonial que consiste en que el avión del piloto pasa por debajo de los dos arcos de agua.

Johan Germishuys, de 56 años, con más de 39 años de experiencia como piloto, no pudo recibir su merecido saludo debido a la pandemia en curso.

Su familia, conocedora de esto, decidió ponerse manos a la obra para organizar una sorpresa para Johan.

Así, su hijo Wihan Germishuys, de 22 años, el resto de hermanos, y su mujer utilizaron el jardín delantero de su casa en Pretoria, Sudáfrica, como escenario para realizar el ceremonial "saludo de agua" con dos mangueras de jardín con la intención de celebrar la merecida jubilación de Johan. (I)