Treinta y nueve civiles, entre ellos 12 niños, murieron este domingo 12 de agosto tras la explosión de un depósito de armas en una zona residencial en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria.

La causa de la explosión, que también provocó el derrumbe de dos edificios, todavía se desconoce, comunicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El portavoz de la Defensa Civil siria, Mayed Jalaf, informó que el edificio tenía cinco plantas y se desplomó por la explosión, cuyas causas aún se desconocen.

“El balance se agravó tras el descubrimiento de nuevas víctimas bajo los escombros”, aseguró el OSDH, que anteriormente informó del deceso de 12 personas.

Los Cascos Blancos, grupo de socorristas que fueron desplegados en zonas rebeldes, se dirigieron al lugar, con la ayuda de un buldócer, para retirar los escombros en búsqueda de posibles sobrevivientes, según un periodista de AFP.

La fachada de un edificio también quedó totalmente ennegrecida por el fuego que se propagó tras la explosión, que ocurrió en la madrugada, en la localidad del norte de la provincia en manos de grupos yihadistas y facciones rebeldes.

Según el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, el depósito estaba situado en un bloque residencial de Sarmada y pertenecía a un traficante de armas que trabajaba para Hayat Tahrir Al Sham (HTS), un grupo yihadista formado por el exbrazo sirio de Al Qaeda, que controla la mayor parte de la provincia.

La mayoría de los civiles eran miembros de las familias de los combatientes de HTS, precisó Abdel Rahman.
El corresponsal de la AFP constató que los socorristas transportaron en una ambulancia el cuerpo sin vida de un niño.

Los equipos de emergencia rescataron a cinco supervivientes que estaban entre los escombros, indicó un miembro de los Cascos Blancos. Entre los muertos había mujeres y niños, agregó.

La provincia de Idlib es una de las últimas de Siria que no está bajo el control del régimen de Bashar al Asad, quien advirtió que reconquistar este sector es uno de sus objetivos, por lo que las fuerzas gubernamentales han intensificado los ataques en la zona. (I)