Damasco.- Una delegación formada por dos expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en armas químicas llegaron ayer a Damasco, la capital de Siria, para dialogar con el gobierno de Bashar al Asad los términos de la misión de investigación sobre el supuesto uso de este armamento por parte del régimen.

La delegación está integrada por Angela Kane, alta representante para asuntos de Desarme, y Ake Sellstrom, jefe del grupo de especialistas de la ONU para investigar el uso de armamento químico en el conflicto.

A principios de julio, la ONU aceptó la invitación del Gobierno sirio para visitar la capital de Siria y acordar los términos de su investigación sobre la utilización de armas químicas en el conflicto sirio.

Una intervención militar de Washington en Siria costaría unos 1.000 millones de dólares mensualesEl principal escollo de la investigación son los lugares que visitarán los expertos. Damasco ha negado hasta ahora el permiso a los investigadores de la ONU para que visiten cualquier lugar de la región, excepto la localidad de Khan Al Assal, en la provincia de Alepo, donde el régimen y también fuentes rusas aseguran que los grupos armados opositores han usado armas químicas.

Sin embargo, el secretario general de la ONU, Ban ki-moon, ha insistido en que el equipo investigador debe visitar, al menos, otro lugar situado en Homs, donde se ha denunciado un ataque químico por parte de las fuerzas leales al Gobierno.

Varios países, como Francia y Reino Unido, aseguran  que tienen pruebas del uso de este tipo de armamento por parte del régimen de  Al Asad.

Por su parte, el Gobierno sirio también ha acusado a los grupos armados opositores de utilizar armamento químico, incluso la ONU llegó a anunciar sus sospechas de que los grupos armados opositores también estarían usándolo.

Intervención extranjera

Mientras que, continúan las especulaciones sobre una posible intervención militar extranjera en el país. Este martes, el jefe del Estado Mayor estadounidense, Martin Dempsey, advirtió que una intervención militar de Washington en Siria costaría unos 1.000 millones de dólares mensuales y podría poner en peligro otras áreas de la seguridad nacional.

El general, que hizo sus consideraciones, también analizaba cinco opciones diferentes para una posible intervención, entre ellas, la creación de zonas de exclusión aérea.

Desde que estallara el conflicto armado en Siria en marzo de 2011, al menos 93.000 personas han muerto, según datos de las Naciones Unidas, si bien el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha aumentado  ya la cifra a más de 100.000.

Ayer, al menos 17 combatientes kurdos sirios y yihadistas murieron en violentos combates en la provincia de Hasaka (nordeste), en el octavo día de enfrentamientos entre los dos campos, informó una ONG siria.  Los combatientes kurdos progresan en esta región, donde intentan establecer una región autónoma.