Expertos de la ONU analizarán efectos de la radiación en Fukushima
La ONU espera contar en mayo de 2012 con los primeros datos sobre los efectos en la salud y el medio ambiente del escape radiactivo de la central de japonesa Fukushima, aunque el primer informe tardará dos años en estar listo.
Así lo anunció hoy Wolfgang Weiss, presidente del Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de la Radiación Atómica (Unscear), que comienza hoy en Viena su reunión anual, y expresó su confianza en que esos datos permitan saber las dosis de radiación recibidas por los operarios de la central y por los residentes en la zona.
Estos datos "deberían facilitar un conocimiento de la magnitud de las fugas en la atmósfera y el océano, y el grado de las dosis radiación recibidas por la población y los trabajadores", explicó Weiss.
De momento reconoció que es difícil evaluar los efectos debido a que el estado de emergencia continúa y nadie puede garantizar aún cómo va a evolucionar la situación en la central de Fukushima.
"Esto no ha terminado. Es difícil evaluar la magnitud, la gravedad de este incidente porque tenemos fugas al aire, posiblemente en el suelo, en el territorio y una fuga masiva de agua en el (océano) Pacífico. Es difícil de establecer cuánta" contaminación, indicó Weiss en rueda de prensa.
El responsable de la Unscear aseguró entender que "todo el mundo quiere respuestas para mañana", algo que, aseveró, "no es posible".
Unscear espera que ese informe sea emitido en mayo del próximo año con datos preliminares y una idea de la dosis de radiación recibida por la población y los operarios de la central nuclear
Tras la elaboración de ese informe, el comité necesitará al menos un año más para analizar en profundidad todos los datos y lanzar un estudio más exhaustivo.
Fred Mettler, miembro estadounidense del Comité, indicó que será muy difícil vincular posibles casos de cáncer con la radiación, ya que no hay marcas biológicas que permitan indicar que un tumor está relacionado o no con la radiactividad.
En cualquier caso, Weiss indicó que el seguimiento de la salud de la población se mantendrá durante años e incluso décadas, especialmente entre los niños y adolescentes, más susceptibles de verse afectados por enfermedades como el cáncer de tiroides.