Europa llega a un pacto y Reino Unido se queda solo
Sin lograr un consenso, la Cumbre de la Unión Europea (UE) acordó ayer secundar un pacto franco-alemán para enfrentar la crisis de la deuda centrado en la disciplina presupuestaria y el castigo automático a quienes lo incumplan.
El acuerdo entre los 17 países de la Eurozona, que se traducirá en un tratado intergubernamental en marzo próximo, fue rechazado por Reino Unido.
Los otros nueve países de la UE que no forman parte de la zona euro se mostraron dispuestos a firmarlos. Se trata de Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y Suecia. Según la declaración revisada divulgada al final de la cumbre, estos países manifestaron la posibilidad de participar en este proceso después de consultar a sus respectivos parlamentos en caso de que sea necesario.
“Salvo uno, todos los países de la UE están considerando participar”, expresó el jefe de la UE, Herman Van Rompuy, al término de la cumbre, antes de precisar que espera que estas provisiones se integren en los tratados lo antes posible.
Las principales bolsas europeas celebraron el acuerdo con notables alzas: el principal índice de la Bolsa de Londres, el Footsie-100, ganó 0,83% a 5.529,21 puntos. El CAC 40 de París ganó 2,48%, el índice DAX de Fráncfort subió 1,91%, el El IBEX 35 de Madrid ganó 2,23% y el índice FTSE Mib de Milán avanzó 3,37%.
La que muchos definían como la cumbre del todo o nada logró buenos resultados, estimaron el Banco Central Europeo (BCE), Francia y Alemania tras diez horas de negociaciones. Sin embargo, estuvo marcada por grandes desacuerdos, según Gran Bretaña.
“Hubiéramos preferido un acuerdo de 27 países de la Unión Europea, pero no fue posible debido a nuestros amigos británicos”, comentó el mandatario francés, Nicolas Sarkozy. El conservador primer ministro británico se quedó solo amenazando con resquebrajar el bloque europeo.
David Cameron alegó que es mejor quedarse fuera si su país no puede obtener salvaguardas, presionado por el ala más “euroescéptica” de su partido. “Fue una decisión difícil, pero buena”, declaró Cameron, que responsabiliza a la Eurozona, su principal socio comercial, de los males de la economía británica.
El primer ministro británico negó que su país haya quedado excluido de la Unión Europea : “No estamos excluidos, estamos en la Unión Europea, somos un miembro relevante del mercado único”, declaró en entrevista televisada en Bruselas, antes de su retorno a Londres.
Para la canciller alemana, Angela Merkel, este “buen resultado” permitirá al euro restaurar su credibilidad. Berlín y París proponen un endurecimiento de la disciplina fiscal mediante la reforma del Tratado europeo, que contempla la posibilidad de imponer sanciones automáticas para los países infractores cuyo déficit supere el 3% del PIB.
En el campo de los cortafuegos, los mandatarios acordaron reforzar el Fondo Monetario Internacional (FMI) con cerca de 200.000 millones de euros, en forma de préstamos bilaterales, para que pueda socorrer a los países amenazados de la Unión Monetaria.
“Buscamos contribuciones de la comunidad internacional”, reza el comunicado final. Los mandatarios también decidieron adelantar un año, a julio de 2012, la puesta en marcha, bajo la égida del Banco Central Europeo, del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que durante un año funcionará junto con el fondo de rescate europeo (FEEF). Ambos tendrán una capacidad de préstamo de 500.000 millones de euros.
Sin embargo, la canciller alemana rechazó convertir, como quería el jefe de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, al mecanismo de rescate permanente en una institución crediticia que pueda recibir fondos del Banco Central Europeo o lanzar el debate para la creación de eurobonos una medida de solidaridad que pedían varias de las economías más amenazadas.