Bruselas

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la Unión Europea (UE) buscan desde ayer, en su primera cumbre del año, lograr al segundo intento un acuerdo sobre un presupuesto comunitario para 2014-2020 que será inferior al del actual período debido a la crisis que incluirá una reducción en los gastos fiscales.

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Las posturas seguían ayer muy alejadas entre los contribuyentes netos -Reino Unido, Alemania, Holanda y los países nórdicos-, que reclaman todavía más ajustes; y los beneficiarios de las ayudas europeas, como España e Italia, liderados por Francia, que tratan de limitar el alcance de las rebajas y quieren que este presupuesto ayude a compensar los recortes que se les exige en los presupuestos nacionales y sirvan para reactivar el crecimiento. Italia, de hecho, amenazó con vetar cualquier acuerdo que “no respete las líneas rojas” que estableció ese país.

El presidente francés, François Hollande, advirtió que la excesiva austeridad perjudicará el crecimiento y exhortó a los países más ricos de Europa a que ayuden a reactivar la economía de los más golpeados por la crisis de la deuda. “Deben entrar en razón todos aquellos que quieran amputar el presupuesto europeo más allá de lo que es posible aceptar”, aseguró.

Sin embargo, Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, propuso  una disminución adicional de 15.000 millones de euros, que se sumaría a los 80.000 millones que ya ajustó respecto a la propuesta inicial y que dejó el proyecto de presupuesto en 973.000 millones.

El presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, pidió a los líderes europeos que “superen sus diferencias” y cierren un compromiso en esta cumbre de dos días. “Un nuevo retraso enviaría un mensaje muy negativo en este tiempo de recuperación económica frágil”, advirtió.

La canciller alemana, Angela Merkel, confirmó que las posiciones están aún bastante alejadas y consideró que las cuentas comunitarias deben ser solidarias, pero también rigurosas.

De concretarse los acuerdos, Van Rompuy prevé anunciar la creación de un fondo  de entre 5.000 a 6.000 millones de euros para fomentar el empleo juvenil en las regiones más afectadas de la zona euro.

Con un 26,02% de la población activa en el paro y un 55,13% entre los menores de 25 años, España tiene el segundo desempleo más alto de la zona euro, solo por detrás de Grecia.