La primera ministra británica, Theresa May, regresó a Reino Unido con la misión de conseguir, hasta el 12 de abril, que el Parlamento apruebe su acuerdo sobre la salida del país de la Unión Europea (brexit). Esto abre un escenario de incertidumbre ya que tendrá que repensar su estrategia.

Si los legisladores británicos aprueban el acuerdo de “divorcio” planteado por May y que rechazaron en dos ocasiones, pueden abandonar la UE el 22 de mayo. Si lo rechazan deben planear una alternativa antes del plazo.

Abril es la fecha límite para organizar las elecciones  de mayo para el Parlamento Europeo. Este es un paso necesario si Reino Unido quiere permanecer en la Unión Europea (UE), aunque ya no esté oficialmente allí.

Los economistas y los analistas políticos advierten que un brexit sin acuerdo interrumpiría el comercio y los viajes. También sería un golpe a las economías británicas y europeas. (I) et