Ni Irán ha renunciado a sus iniciativas estratégicas, ni Estados Unidos ha levantado las sanciones que pesaban sobre el país, con lo cual los vínculos entre ambas naciones aún no están normalizados.

Teherán continuará con el desarrollo de sus capacidades balísticas. Ese anuncio provino del país persa  un día después de que Estados Unidos anunciara nuevas sanciones a compañías e individuos por proporcionar suministros para el programa de misiles balísticos iraní.

Las sanciones tienen sin embargo una magnitud limitada: 5 ciudadanos iraníes y 11 empresas basadas en los Emiratos Árabes Unidos y China fueron agregados a la lista negra financiera de Estados Unidos.

El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Hussain Jabir Ansari, recordó que las nuevas medidas fueron anunciadas poco después del fin de las sanciones por el programa nuclear. Estados Unidos “no tiene legitimidad legal ni moral” para aplicar estas sanciones, en referencia a que Washington ha vendido armas a países de la región “responsables de crímenes de guerra contra civiles en Palestina, Líbano y Yemen”.

Además, explicó que “el programa balístico de Irán no está concebido para tener la capacidad de transportar cabezas nucleares”. Irán “responderá a estos actos de propaganda acelerando su programa balístico y aumentando sus capacidades de defensa”.

Este programa balístico fue citado por el presidente estadounidense, Barack Obama para afirmar que persisten “profundas diferencias” entre Washington y Teherán, pese al acuerdo nuclear que puso fin a 12 años de crisis internacional.

Producción

El Gobierno iraní también decidió ayer aumentar su producción petrolera a 500.000 barriles diarios (bd), y mostró así su determinación de aprovechar de inmediato los efectos del fin de las sanciones internacionales, después de que el acuerdo nuclear, suscrito en julio, entrara en vigor el sábado.

Este anuncio puede desestabilizar aún más al mercado petrolero, donde las cotizaciones del crudo están por los suelos por una abundante oferta. El precio del petróleo  cayó ayer brevemente por debajo de los $ 28 en Asia.

“Irán tiene la capacidad para aumentar su producción a 500.000 barriles con el fin de las sanciones, y la orden fue dada hoy”, declaró Rokneddine Javadi, jefe de la Organización nacional iraní de petróleo NIOC).

Irán, un país de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), produce actualmente 2,8 millones de bd, de los cuales exporta un millón. Sus exportaciones habían caído tras las severas sanciones internacionales, ahora levantadas. “Si Irán no aumenta su producción, los países vecinos podrían aumentar la suya (...) y apoderarse de cuotas de mercado de Irán”, explicó Javadi. Incluso versiones de prensa asegura que el país persa tiene petróleo almacenado en grandes buques en su costa listo para venderse.

Además, tras el fin de las sanciones, los grandes grupos internacionales están listos para volver a Irán, que posee las cuartas mayores reservas de crudo del mundo y las segundas de gas.

Paralelamente, Teherán negocia la instalación de una refinería de petróleo en España.

Visita a Teherán

El jefe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, llegó ayer a Teherán para entrevistarse con el presidente Hasan Rohani.

Amano se reunió con el jefe de la Organización iraní de Energía Atómica (OIEA), Ali Akbar Salehi. “Hemos hablado de nuestra futura cooperación en el nuevo clima y una hoja de ruta ha sido casi definida”, declaró Salehi al término de la reunión.

“El señor Amano viene por invitación de Irán. La duración del acuerdo es de 8 años, pero queremos reducir este período y esto será posible con la ayuda de la agencia”, dijo por su lado Behrouz Kamalvandi, portavoz de la OIEA. (I)

DATOS

Las autoridades israelíes y saudíes se han mostrado preocupadas por el levantamiento de las sanciones contra Irán.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, insiste en que deben continuar las presiones contra el régimen de los ayatolás.

El canciller saudí, Adel al-Yubeir, en una postura similar a la de Netanyahu, se mostró preocupado por la liberación de los bienes congelados de Irán en bancos del exterior por sanciones impuestas al país, según el Banco Central de Irán, que asciende a un monto aproximado de $ 23 mil millones. Riad y Tel Aviv no tienen relaciones.

Arabia Saudí e Irán, enemigos clásicos, están pasando por el peor de los momentos. El detonante fue la ejecución en masa de 47 personas por parte de Riad hace dos semanas.

--------------------------------------------------------------------------------------------------

Obama estudia estrategia para buscar un equilibrio en Oriente Medio

Estados Unidos saca a Irán del "Eje del Mal", pero no lo cuenta como su aliado

El presidente estadounidense, Barack Obama, emitió elogios al saludar los “progresos históricos” de Washington y Teherán, mientras su homólogo iraní, Hasan Rohani, se felicitó por una “nueva página”.

A pesar del deshielo, Obama se cuidó de hablar de una normalización de los vínculos con el exenemigo de Estados Unidos, 35 años después de la ruptura de sus relaciones diplomáticas a raíz de la Revolución Islámica. El pacto supuestamente implicaría la caída de las alianzas en Oriente Medio lo que llevaría a Estados Unidos a lanzarse a los brazos de un Irán chiíta y abandonar  las monarquías sunitas del Golfo y de paso a Israel.

Frente a eso Obama reafirmó que las “profundas diferencias” persistían con un Irán “desestabilizador”, ya sea por violaciones a los derechos humanos, al programa de misiles balísticos -por las cuales el Tesoro estadounidense anunció sanciones el domingo- o por la presencia de Teherán en la lista negra estadounidense “de estados que apoyan el terrorismo”.

Sin embargo, Washington está lejos de la retórica de los años 2000, cuando el presidente George W. Bush situó a Teherán en el famoso “Eje del Mal”. Los mulás lo señalaron como el “gran satán”.

Entonces, ¿qué quiere hacer ahora la administración Obama con la potencia chiíta? “Debemos intentar ver si hay material o no para una cooperación adicional, al menos un diálogo constructivo sobre otros temas”, respondió un alto responsable estadounidense.

Joseph Bahout, investigador de la fundación Carnegie. Estimó que “muy en el fondo, en el software profundo de Obama, está Irán”. Su administración “piensa que Irán es un socio natural para el futuro”.

De hecho, Washington y Teherán demostraron el sábado el éxito de sus diálogos: después de casi cuatro años de negociaciones secretas y oficiales, alcanzaron un acuerdo histórico sobre el programa nuclear iraní y anunciaron simultáneamente un intercambio de prisioneros sin precedentes. “Hemos demostrado que con el tiempo una diplomacia tenaz produce resultados”, elogió el responsable estadounidense.

Las discusiones se realizaron a menudo en Ginebra, con la complicidad de las autoridades suizas, relató otro funcionario de la administración estadounidense.

Los palacios de Viena también fueron escenario de estas conversaciones en el otoño pasado, cuando las grandes potencias, Arabia Saudita y su rival iraní elaboraron un plan de paz para Siria.

El conflicto sirio justamente permitió el acercamiento entre Washington y Teherán.

Según los expertos, la administración Obama acaricia la esperanza de un “reequilibrio” en la estrategia estadounidense en Oriente Medio -a favor de Teherán frente a Riad- que pueda poner fin a los conflictos en Siria, Yemen o en Líbano, donde se enfrentan indirectamente la Teherán chiíta y la monarquía saudita sunita. Pero ahora eso parece imposible. (I)