Estados Unidos cierra su embajada en Siria
Estados Unidos cerró ayer su embajada en Siria y evacuó a los últimos miembros del personal diplomático que quedaban en el país, anunció el departamento de Estado, pese a lo cual el presidente Barack Obama expresó que continuaba apostando a una solución diplomática de la situación.
El cierre se produjo dos días después de que Rusia y China vetaran en el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución que condenaba la represión por parte del régimen de Bashar al Asad. “La legación diplomática (alrededor de 17) estadounidense en Damasco suspendió todas sus actividades a partir del 6 de febrero de 2012 a causa de la continuación de la violencia y del deterioro de las condiciones de seguridad”, indicó el departamento de Estado en un comunicado.
El documento agregó que el reciente estallido de violencia, principalmente los bombardeos en Damasco del 23 de enero, aumentaron los temores en la embajada, “que no está lo suficientemente protegida contra un ataque armado”.
En una entrevista con la cadena de televisión NBC difundida ayer, el presidente Barack Obama, por su parte, se mostró contrario a una intervención militar en Siria, a diferencia de la intervención de las potencias occidentales el año pasado en Libia tras una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Obama consideró que todavía era posible una solución negociada y defendió la actitud de su administración desde el inicio de la crisis en Siria, en marzo pasado argumentando que Washington reclamaba sin descanso el fin del régimen de Asad. “Es importante resolver (la crisis) sin recurrir a una intervención militar exterior y pienso que es posible”, declaró el mandatario.
Mientras tanto, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, aseguró ayer que China y Rusia acabarán lamentando haber vetado una resolución de Naciones Unidas que condenaba la represión en Siria y les acusó de haber elevado el riesgo de guerra civil en este país con su decisión.
Como respuesta, indicó, Estados Unidos incrementará sus sanciones económicas contra el régimen de Damasco y la coordinación con los países árabes para aislar al presidente sirio, Bashar al Asad.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, criticó ayer la reacción “indecente e histérica” de Occidente al veto, mientras que Pekín negó querer proteger al régimen sirio. "No protegemos a nadie. Defendemos la justicia en la cuestión siria”, declaró el portavoz de la cancillería Liu Weimin, que agregó que China no acepta las acusaciones de EE.UU. por la cuestión del veto.
La UE busca también aplicar sanciones más severas contra Siria tras fracasar en su intento de imponer en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución para obligar al presidente Bashar al Asad a dejar el poder.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppe, declaró ayer que Europa endurecerá aún más las medidas y posteriormente intentará intensificar la presión internacional contra el país árabe.
“Primero lo que haremos será ayudar a la estructura de la oposición siria, reforzar las sanciones europeas contra el régimen y aumentar la presión internacional hasta tal punto que (Damasco) se dé cuenta de que está completamente aislado y que no puede continuar”, expresó.
Mientras tanto, al menos 49 personas, en su mayoría civiles, murieron ayer en Siria, la mayoría en el bombardeo de Homs (centro), que tomó también por asalto Zabadani, cerca de Damasco, según activistas.
El régimen sirio, por su parte, acusó de nuevo a “bandas terroristas” de ser responsables de la violencia en la ciudad de Homs, bastión de la protesta.
“Las fuerzas de seguridad persiguen a los terroristas en varios barrios de la ciudad”, indicó la televisión estatal.