Estado Islámico coloca a Londres en el centro de la crisis de los rehenes
La organización Estado Islámico volvió a usar al mismo verdugo de acento inglés para decapitar a otro periodista estadounidense y amenaza con matar ahora a un británico, forzando a Londres a responder al desafío.
El primer ministro británico, David Cameron, presidió este miércoles una reunión del comité de emergencia del ejecutivo en respuesta al asesinato del periodista Steven Sotloff, mostrado en un video difundido el martes por EI, y luego compareció en el parlamento.
En la nueva filmación parece aparecer otra vez el hombre de acento inglés que hace dos semanas mató a otro periodista estadounidense, James Foley, amenazando esta vez con acabar con un británico identificado como David Cawthorne Haines, si no cesan los bombardeos estadounidenses en el norte de Irak.
"Lo que ha ocurrido hasta ahora a los dos rehenes y lo que podría ocurrir de nuevo es nauseabundo y brutal. Esta gente tiene que entender que no habrá titubeos en nuestro propósito de derrotar al terrorismo", dijo Cameron en el Parlamento, aunque no anunció nuevas medidas para lidiar con la amenaza de asesinato que pesa sobre el rehén británico.
Londres tiene por principio no pagar rescates por los rehenes.
El líder de la oposición, el laborista Ed Miliband, ofreció su apoyo al gobierno. "Hechos como éste deben fortalecer, no debilitar, nuestra determinación y puede estar seguro de nuestro pleno apoyo en hacerles frente", dijo.
Los bombardeos, sobre la mesa
"Puedo asegurarle que examinaremos todas las opciones para proteger a esta persona", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Philip Hammond, que participó en la reunión restringida de Downing Street.
"Si creemos que los bombardeos pueden ser beneficiosos, que serían el mejor modo (de proteger al rehén), entonces ciertamente los haremos, pero no hay ninguna decisión por el momento".
Tras el fiasco de hace un año, cuando acudió al Parlamento buscando permiso para bombardear al régimen sirio de Bashar Al Asad por usar armas químicas y los diputados se lo negaron, Cameron avisó el lunes que podría asumir en solitario la decisión de lanzar ataques aéreos contra EI.
El premier prometió tener "permanentemente informado" al Parlamento.
"De todos modos, si hubiera que hacer algo en particular para proteger un interés nacional británico o evitar una catástrofe humanitaria, habría que actuar y luego acudir al Parlamento", advirtió.
"Tenemos que decidir cómo podemos ayudar a los que están sobre el terreno y la manera de honrar ese propósito ha sido proporcionar ayuda humanitaria y apoyo político y ayudar con ciertos aspectos militares".
"Los estadounidenses han ido más allá y han realizado bombardeos. Es el mejor modo de abordar este problema", sentenció entonces Cameron.
La amenaza, en casa
El gobierno estima que hay 500 británicos luchando en filas de organizaciones yihadistas en Siria e Irak y esta semana anunció una batería de medidas para interceptarlos a su regreso o, en el caso de los potenciales voluntarios, para impedir que se sumen a los extremistas.
Las autoridades se incautarán de los pasaportes de los presuntos yihadistas británicos cuando regresen al Reino Unido e impondrá medidas restrictivas a quienes crea que están por viajar a esos dos países en guerra.
"Respetar los valores británicos no es optativo. Es un deber para todos aquellos que viven en estas islas, así que defenderemos nuestros valores, acabaremos derrotando a este extremismo y garantizaremos nuestro modo de vida a las generaciones venideras", sentenció.