La viuda del albañil mexicano que murió esta semana por disparos de la Patrulla Fronteriza estadounidense en la norteña ciudad de Tijuana descartó que su esposo hubiera lanzado piedras como provocación a los agentes.

"No tenían por qué quitarle la vida", dijo a EFE vía telefónica María del Socorro Quintero, acerca del suceso que acabó con la vida de José Alfredo Yánez Reyes.

Aunque ella no estuvo presente en el lugar de los hechos, no se imagina qué podría haber llevado a Yánez a lanzar piedras a los agentes junto a la valla fronteriza.

El albañil, quien murió por un balazo en el ojo izquierdo, no tenía ninguna intención de pasar ilegalmente el límite entre los dos países, aseguró.

Según la cancillería, el incidente en el "que se vieron involucrados agentes de la Patrulla Fronteriza" pudo deberse a una agresión con piedras desde el lado mexicano de la valla, que fue respondida con un disparo desde el estadounidense.

Yánez residía quince días al mes en la localidad de Ensenada y dedicaba la otra quincena a trabajar como albañil en Tijuana, ambas ciudades ubicadas en el norte del estado de Baja California, fronterizo con Estados Unidos.

La viuda afirmó que ninguna autoridad mexicana, ni estatal ni federal, se ha puesto en contacto con ella para ofrecerle siquiera una versión de los hechos.

"Voy a seguir, esto no va a quedar impune", dijo Quintero, quien tuvo tres hijos con Yáñez.

Quintero, quien no trabaja y ahora depende económicamente de su hija, espera llevar el caso adelante y buscar ayuda y asesoría en alguna organización civil.

El Gobierno mexicano condenó enérgicamente el suceso en un comunicado el miércoles pasado y afirmó que iba a pedir una investigación exhaustiva a las autoridades de Estados Unidos.

Ese mismo día, el presidente Felipe Calderón reclamó en Guatemala a la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, la muerte del mexicano en Tijuana y exigió "castigo a los culpables", según reveló el propio mandatario en un mensaje enviado a través de Twitter.