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El Telégrafo
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Entrevista / Orestes Kindelán / el mayor jonronero de la pelota cubana

"Es béisbol, pero también se suma la política"

"Es béisbol, pero también se suma la política"
Foto: AFP
21 de marzo de 2016 - 00:00 - Jeanneth Valdivieso M. Especial desde La Habana

Barack Obama, el primer presidente estadounidense en visitar Cuba en 88 años, sellará mañana su viaje al país asistiendo a un juego de béisbol entre la selección de la isla y los Tampa Bay Rays, equipo de las Grandes Ligas de EE.UU. (MLB, por sus siglas en inglés).

El popular deporte en ambas naciones, que llevan adelante desde 2014 un proceso de normalización de sus vínculos tras más de medio siglo de enemistad, convocará a multitudes.

El partido, previsto para las 13:30 de Cuba (12:30 de Ecuador), podrá ser visto por unas 55.000 personas que llenarán el Estadio Latinoamericano de La Habana, arreglado para la ocasión, y otras decenas de miles seguirán el juego en directo por la televisión cubana y cadenas internacionales.

Orestes Kindelán, el mayor jonronero del béisbol cubano, habló con EL TELÉGRAFO en La Habana sobre el partido y la visita de Obama que pudiera despejar el camino para que peloteros cubanos jueguen legalmente en las Grandes Ligas.

Kindelán, de 51 años, hace parte hoy del cuerpo técnico que entrena al seleccionado local, pero en 1999 estuvo presente en otro histórico juego.

Como estrella del momento, Kindelán participó hace 17 años en el tope entre el equipo nacional y los Orioles de Baltimore de la MLB, en el primer amistoso de su tipo cuando Cuba y EE.UU. seguían enfrentados y carecían de relaciones diplomáticas desde 1961.

¿Qué expectativa tiene de la visita del presidente Barack Obama?

Después de tantos años, yo diría que se va a dar algo grandioso en Cuba: la visita de un presidente de los EE.UU. Creo que será algo inolvidable, que quedará grabado para la historia.

En ese marco se jugará el partido entre cubanos y estadounidenses. ¿Se trata de béisbol o de política?

En primer lugar es béisbol, pero también se suma la política, porque se reunirán los mandatarios. Creo que llegarán a acuerdos importantes tanto para Cuba como para EE.UU., pero en este caso para Cuba que siempre ha sido el país bloqueado. Esperemos que las conversaciones sean lo más gratas, lo más amistosas, para que todos se sientan felices y al final haya una buena conclusión.

¿Qué importancia tiene este partido desde su perspectiva?

Es un juego de béisbol, es una diversión porque es un juego, pero siempre causa expectativa. Es importante que –al menos por parte de los peloteros cubanos- den el máximo de su esfuerzo y traten de hacer lo mejor posible porque para ellos será un gran paso enfrentar a esos peloteros de las Grandes Ligas y tener un buen resultado. Además, en el futuro podrían venir muchas contrataciones. Vienen muchas personas interesadas en los peloteros para que jueguen en otras ligas, lo que traería felicidad a muchos de ellos porque es lo que quieren.

Actualmente para que un pelotero cubano juegue en las Grandes Ligas debe ser contratado fuera del país como agente libre, debido al embargo impuesto por EE.UU. Muchos han salido ilegalmente atraídos por propuestas millonarias. En esos casos el gobierno cubano impide que los ‘desertores’ vuelvan al país por un tiempo y que vuelvan a ser parte de la selección. ¿Cree que la visita de Obama y el acercamiento entre los dos países puedan traer algún cambio?

Yo espero que ese paso se dé y que así todo sea legal. Si eso ocurre, nos ayudaría a que nuestros muchachos no decidan partir hacia los EE.UU. ilegalmente. Sería legal para ellos, sería más fácil, más cómodo para la familia y los amigos que se quedan en Cuba. Es un problema la salida de tantos peloteros de Cuba porque son peloteros que tú tienes años preparando, enseñándoles.

Tú conformas un grupo de muchachos nuevos esperanzado en que en cuatro años tengas un equipo que pueda lucir bien en un clásico mundial, en una olimpiada, en un panamericano. Y de un momento al otro cuando deciden irse a jugar al béisbol rentado y no pueden regresar, ya son atletas que tú no tienes y tienes que volver a empezar otra vez. Entonces, prácticamente en Cuba estamos empezando todos los días porque lo que sí no se puede es parar el béisbol.

Ha habido muchas diferencias entre EE.UU. y Cuba, pero el béisbol es una pasión que los une. ¿Qué opina de eso?

Yo digo que si el béisbol, a través de los años, será el encargado de arreglar cosas en la relación entre ambos países, pues que venga el béisbol entonces, que venga esa fiesta.

¿Qué siente por el hecho de participar en dos juegos históricos para los dos países?

Primero, me siento orgulloso de haber estado entre quienes (en 1999) tuvimos la posibilidad de jugar y la otra satisfacción es que pudimos ganar (hubo partidos de ida y vuelta y cada equipo ganó una vez). Teníamos un buen equipo, peloteros buenos, con muchas condiciones y salimos con la confianza de que mostrando la calidad que teníamos podíamos dar un buen espectáculo y así pasó. Fue maravilloso regresar a Cuba que me esperaba con los brazos abiertos. Se quedará grabado en la historia porque aunque haya una segunda victoria no va a ser igual. (I)

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