Es la vicerrectora del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN). Katalina Barreiro, Ph.D en Ciencias Políticas y Administración Pública, habló con EL TELÉGRAFO sobre las reformas a la justicia en Perú y la corrupción en la región.

América Latina tiene un grave problema de corrupción. Perú plantea reformas a la justicia y un referéndum para aprobarlas. ¿Cree que esta es una salida a ese flagelo?

La administración de justicia siempre ha sido uno de los poderes importantes en la región. La justicia puede ser funcional al Gobierno de turno o estar en contra de él. En Perú, el expresidente Pedro Pablo Kuczynski fue destituido por coimas. Ese país cuestiona la administración de justicia, que es la definición de garantías de los ciudadanos. Eso equivale a cuestionar la estabilidad del Estado. Entonces, lo lógico es preguntar al pueblo qué reformas hacer porque la justicia no está funcionando.

¿Usted cree que esas reformas ayudarán a eliminar o reducir la corrupción en el caso de Perú?

En el referéndum se mostrará el descontento de la población sobre la administración de justicia. Es una expresión política de ese Estado. Si la justicia está mermada, a través de prácticas de corrupción, eso  significa que la población está vulnerada en todos los derechos.

El caso de corrupción de Odebrecht alcanzó a la región...

Recordemos que un precedente es el caso de FIFA que se descubrió por la justicia de Estados Unidos. Eso evidencia una trama complicada de poderes y recompensa por esos favores. Terminamos en una empresa internacional, aparentemente fuerte y exitosa. Pero ese éxito ha sido cuestionado porque está   determinado por actos de cabildeo, corrupción, a través de favores y pagos. Ese caso complejo permitió mirar el entramado de influencias de esa empresa en los gobiernos.

En Guatemala hay más de 1.000 detenidos por corrupción y han logrado recuperar bienes y dinero de la corrupción. ¿Puede ser un ejemplo?

El daño de la corrupción es el beneficio de un individuo sobre el colectivo nacional. El ejemplo de Guatemala genera confianza no solo en la administración de justicia, sino en la política de garantías ciudadanas. Es una experiencia que debe ser mirada por los demás. En el caso ecuatoriano, la mayoría de corruptos está afuera del país. La captura del dinero también será difícil. (I)