En la ciudad alemana de Múnich se registró un insólito caso de un enfermero que confesó haber matado, en 2020, a dos pacientes e intentar acabar con la vida de otros dos.

El sujeto, identificado como Mario G., confesó que siempre bebía mucho antes de su turno y dijo que su intención no era causar la muerte de los pacientes, que tenían 80 y 89 años cuando fallecieron.

La Fiscalía contabilizó al menos seis intentos de asesinato perpetrados por Mario G., además la acusación señala que el acusado administró sedantes, adrenalina o anticoagulantes a pacientes en la unidad de rehabilitación.

Según el portal de noticias RT, “El sujeto fue detenido cuando llevaba 4 meses trabajando, luego de que un médico sospechara del deterioro repentino de la salud de los pacientes bajo su supervisión”. Los reportes indican que el enfermero arremetió contra los pacientes porque lo 'molestaban'. "Como estaba borracho, solo tenía una opción: callarla", explicó el sujeto, en referencia a una de las víctimas. "Lo siento desde el fondo de mi corazón", agregó.