Una de las tres hipótesis del atentado terrorista en el que murieron tres mujeres en un centro comercial de Bogotá, el sábado pasado,  apunta a organizaciones extremistas que rechazan el proceso de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dijeron ayer a periodistas fuentes de la Fiscalía y la Policía Nacional.

Los investigadores de las dos instituciones a cargo de esclarecer el atentado señalaron que los autores pueden ser extremistas de izquierda o de derecha que rechazan tanto los acuerdos con las FARC como las negociaciones de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se desarrollan en Quito.

El presidente Juan Manuel Santos señaló luego de un consejo de seguridad tras el atentado explosivo en el centro comercial Andino: “Tengan la seguridad de que no vamos a permitir que lo logrado hasta ahora (en la pacificación de Colombia) sea frenado por un puñado de extremistas, de cobardes o de quienes no quieren la reconciliación del pueblo colombiano”.

La explosión en el centro comercial, ubicado en un exclusivo sector de la capital colombiana, ocurrió en momentos que las FARC están por concluir la entrega de armas a una misión de las Naciones Unidas para convertirse en partido político legal.

Por eso los peritos de la Fiscalía y la Policía Nacional han priorizado la hipótesis de que algún grupo extremista buscó, con ese atentado, afectar el proceso de paz con las FARC y, de paso, mandar una señal a los diálogos que sostienen delegados del gobierno y del ELN en Quito.

Entre los eventuales autores del atentado, los investigadores mencionaron el Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), una milicia disidente del ELN que actúa al margen de la organización insurgente y que estaría en desacuerdo con las negociaciones en Quito.

Otra línea de investigación que forma parte de la misma hipótesis apunta un grupo de extrema derecha que se opondría al acuerdo de paz con las FARC. Este pacto fue firmado en noviembre pasado y ha enfrentado fuertes resistencias.

Históricamente, en Colombia se habla de “la mano negra” para referirse a las fuerzas oscuras que intentan desestabilizar al país con magnicidios como el de Jorge Eliécer Gaitán, en 1948, o con exterminios como el que sufrió el izquierdista partido Unión Patriótica en las décadas del 80 y 90.

De acuerdo con los primeros informes periciales, en el atentado del sábado se utilizaron 800 gramos del  explosivo conocido como amonal, que es una mezcla de nitrato amónico, TNT y polvo de aluminio.

La carga fue ubicada en un baño de mujeres del segundo piso del centro comercial, que es uno de los más concurridos de Bogotá y que ese día tenía una actividad mayor a la normal por ser vísperas del día del padre.

Como resultado de la explosión murieron tres mujeres, la joven francesa Julie Huynh, quien realizaba en Bogotá su servicio social de una maestría en acción humanitaria internacional; y las administradoras Ana María Gutiérrez y Lady Paola Jaimes. Además, hubo 11 heridos.

La segunda hipótesis del atentado ubica como posible autor al llamado Clan del Golfo, una organización del narcotráfico de origen paramilitar que busca negociar con el gobierno el sometimiento a la justicia de sus líderes a cambio de un trato indulgente.

Una tercera hipótesis que manejan los investigadores es que una estructura del ELN en desacuerdo con los diálogos en Quito haya perpetrado el atentado.

Pero desde el mismo sábado, líderes de la agrupación negaron cualquier participación en este atentado. (I)