Encuestas reflejan empate técnico entre Humala y Fujimori
Cuando falta hoy un mes para las elecciones presidenciales peruanas del 5 de junio, la candidata Keiko Fujimori sigue recortando la ventaja que le lleva el nacionalista Ollanta Humala, quien soporta una tenaz campaña mediática en su contra.
"Esta es la elección más apretada y difícil de predecir -dijo a Efe el director del prestigioso Instituto de opinión Ipsos-Apoyo, Alfredo Torres-: en otras elecciones, los favoritos aparecían claros desde el principio de la segunda vuelta; en esta, hay una situación de virtual empate".
Según la última encuesta de Ipsos-Apoyo, difundida este miércoles, Humala, candidato de la alianza Gana Perú, suma un 39% de simpatías frente al 38% de Fujimori, de Fuerza 2011, pero como el margen de error es del 2,2% el resultado es un empate y, como tal, la victoria queda al alcance de cualquiera de los dos.
Se confirma así la tendencia decreciente del primero, que ha visto ir erosionándose la ventaja de cinco puntos porcentuales que obtuvo en la primera vuelta, el pasado 10 de abril.
Según Torres, son los sectores urbanos y de clase media los que están inclinando la balanza en favor de Fujimori, ya que las clases pobres y de entornos rurales prácticamente no han cambiado el sentido del voto.
Se considera que tanto Humala como Fujimori se han disputado tradicionalmente la simpatía de lo que en Perú se llama "segmentos D y E" (pobres y muy pobres), mientras que las clases medias y altas han preferido candidatos de derecha y centro-derecha.
El director del Instituto Prensa y Sociedad, Ricardo Uceda, comentó a Efe que los medios de comunicación "no están sirviendo al centro, que es la mayoría de la sociedad, sino que bombardean para que el electorado se asuste del otro" (del enemigo), valiéndose además de una confusión entre información y opinión.
De todas formas, Uceda considera que Humala "presenta más flancos débiles que Fujimori ante el elector": mientras que a la candidata le basta con desligarse de la sombra de su padre, Humala tiene mucha más "tela para el escrutinio", ya que el elector lo asocia -con razón o sin ella- con movimientos golpistas en el interior y regímenes radicales en el exterior.
Efectivamente, Humala ha pasado gran parte de la campaña desmintiendo su vinculación con el régimen de Chávez y prometiendo que sus promesas redistributivas no pasarán por "patear el tablero" de las reglas económicas; en otras palabras, intentando aplacar el miedo de muchos peruanos.