En vía crucis, Iglesia pide solidaridad con migrantes
El cansancio y agotamiento de los inmigrantes que incluso mueren en el empeño, intentando conseguir una vida más justa y más humana y que hizo suyo Jesús al portar la cruz fue recordado ayer en el vía crucis que presidió el papa Benedicto XVI en el centro de Madrid.
“Él hizo suyo el cansancio y el agotamiento de los que no encuentran trabajo; hizo suyo el dolor de los inmigrantes que reciben ofertas laborales indignas”, leyó un joven en la quinta estación, que conmemora los últimos momentos de la vida de Cristo antes de morir clavado en una cruz.
“Jesús hizo suyo el sufrimiento de los que padecen actitudes racistas, o de los que mueren en el empeño, intentando conseguir una vida más justa y más humana”, siguió el texto.
Para esta estación se trajo a Madrid, el Jesús del Gran Poder de Madrid, una de las 15 tallas de madera de estilo barroco para este encuentro que conluirá mañana en la capital española.
Ante los pasos del vía crucis, grupos de jóvenes de varios países portaban la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
El texto, escrito por la congregación de las hermanas de la Cruz, en esta estación, hizo referencia a la suerte muchas veces trágica de muchos inmigrantes, tanto los africanos que intentan llegar a Europa en precarias embarcaciones como los que huyen de dictaduras, de la miseria o de conflictos en sus países.
Previamente, el papa Benedicto XVI expresó ayer su preocupación por la necesidad que tienen los jóvenes de hallar salidas a su insatisfacción y denunció una especie de eclipse de Dios o rechazo al cristianismo y negación de la fe que experimenta la sociedad actual.
Estas preocupaciones y denuncias centraron los encuentros que el Obispo de Roma mantuvo con el rey Juan Carlos de España y con casi tres mil monjas y profesores universitarios durante la segunda jornada de la visita que durará hasta mañana.
Además, los jóvenes Juan Carlos Piedra Calderón, ecuatoriano de 33 años, y la estadounidense Michelle Louise Hatfield, de 22, almorzaron ayer con el papa Benedicto XVI, quien estuvo acompañado por otros diez muchachos asistentes a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Los organizadores de esa comida de mediodía invitaron a diez jóvenes representantes de los cinco continentes (dos por cada uno) y dos españoles, en nombre del país anfitrión.
Según la organización de la XXVI JMJ, los jóvenes hablaron al Papa de tú a tú y tuvieron la oportunidad de expresarle sus dudas y anhelos. EFE/AFP