El presidente Evo Morales cumplió 10 años en el poder en Bolivia en medio de una bonanza económica sin precedentes, la reivindicación de los indígenas y la reducción de las desigualdades sociales. Ahora busca extender su permanencia hasta 2025.

Al presentar su informe de gestión ante el Parlamento, el jefe de Estado boliviano precisó ayer que la nación sudamericana reporta en los últimos 10 años un crecimiento económico promedio anual de 5%. Este indicador se ubicó, entre 1986 y 2005, en 3,2%. “El producto interno nominal, del 86 a 2005, en promedio fue de $ 6.754 millones, en nuestra gestión es de $ 22.806 millones. Es un crecimiento de 193%”, detalló el mandatario boliviano, al tiempo que especificó que la inflación se ubica en 6,3%.

En el informe, el gobernante destacó que durante su gestión los bolivianos experimentan un incremento del poder adquisitivo de 79%. Además, resaltó aumentos significativos en las transferencias de recursos a gobernaciones, municipios y universidades para ampliar la atención de las necesidades de la población boliviana.

“Esta es nuestra marcha, este es nuestro modelo, así cambia Bolivia en la parte económica”, expuso Morales, quien añadió que la inversión estatal entre 1987 y 2005 se ubicó en $ 9.458 millones, en tanto que en su gestión se contabiliza en $ 30.549 millones.

“La inversión en 2005 era de $ 629 millones. Este año será de $ 8.300 millones”, anunció tras indicar que la caída de los precios del  petróleo no afectará los planes.

La eliminación de las desigualdades sociales es un gran logro del líder indígena. La pobreza extrema antes de 2006 era de 38,2% y ahora se ubica en 17,3%. “Quiero decirles a los movimientos sociales que si luchamos tanto para llegar a los gobiernos es justamente para achicar las profundas asimetrías sociales”, manifestó Morales ante la Asamblea.

En las actividades de celebración por los 10 años de gobierno de Morales participaron obreros, dirigentes indígenas, campesinos, estudiantes y profesionales, que desde tempranas horas de ayer se concentraron en la Plaza Murillo de La Paz, capital boliviana, para reiterar su apoyo al jefe de Estado.

El vicepresidente Álvaro García Linera, por su parte, indicó que el proceso de cambio, instaurado en Bolivia en 2006, “no tiene rival ni oposición” porque fue capaz de cumplir los objetivos trazados y proyectar otros nuevos de pleno consenso, frente a los cuales no hay otro proyecto diferente. (I)