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En 2016, Corbyn deberá convencer a los ingleses de su liderazgo para gobernar

El jefe del Partido Laborista y socialista, Jeremy Corbyn, enfrenta una división al interior de su partido.
El jefe del Partido Laborista y socialista, Jeremy Corbyn, enfrenta una división al interior de su partido.
Foto: cortesía
29 de diciembre de 2015 - 00:00 - Leonardo Boix, corresponsal en Londres- Inglaterra

El jefe del Partido Laborista y veterano político socialista Jeremy Corbyn, quien a finales de diciembre cumplió 100 días al frente de la agrupación opositora, enfrenta grandes desafíos a la hora de convencer al electorado de Gran Bretaña para ser elegido como el próximo primer ministro.

Implacable defensor de los derechos de los trabajadores, activista antiguerra y con un amplio conocimiento sobre los movimientos sociales de América Latina, Corbyn, de 66 años, logró demostrarle a sus oponentes que lograría permanecer al frente del Laborismo a pesar de las divisiones internas y las constantes críticas en su contra por parte de los medios periodísticos de derecha.

Sin embargo, el jefe de la oposición tiene una ardua tarea para convencer a los británicos de que él es el indicado para suceder al conservador David Cameron al frente del Gobierno en 2020.

Una reciente encuesta de la consultora ORB, publicada por el matutino inglés The Independent, dio cuenta de algunos de los problemas que tendrá que resolver el laborista.

El informe sugiere que un 71% de los británicos desconfía de Corbyn a la hora de proteger la seguridad nacional del Reino Unido.

Siempre según ese sondeo, el 54% de los consultados confía más en Cameron para mantener la seguridad nacional, aunque el 46% está en desacuerdo con el actual mandatario.

Los resultados del informe, elaborado en base a entrevistas a 2.000 electores británicos, preocupó a parlamentarios del Laborismo, que consideran que los electores no votarán por un potencial primer ministro que consideran débil en materia de seguridad.

La cuestión de la lucha contra el terrorismo, la crisis en Siria, los arsenales nucleares de Gran Bretaña y el futuro del país dentro de la Unión Europea (UE) son algunos de los desafíos principales que Corbyn deberá enfrentar en 2016.

El pasado mes, el lord John Hutton, exministro de Defensa británico, calificó a Corbyn como una “amenaza” para la seguridad nacional”, luego de que dijera que si era elegido primer ministro nunca “apretará el botón nuclear”.

En ese sentido, el sondeo del Independent indicó que solo el 29% del electorado confía en el jefe laborista en materia de seguridad, mientras que el 71% siente desconfianza hacia el político socialista.

De acuerdo a la encuesta, los hombres, más que las mujeres, tienen fe en Cameron con respecto a proteger la seguridad nacional, ya que el 59% de los varones confía en el primer ministro, comparado con el 49% de las mujeres que piensa de ese modo.

En tanto, Corbyn cuenta con el apoyo del 44% de los británicos de entre 18 y 24 años en materia de seguridad, aunque el 56% opina lo contrario. Sin embargo, el 18% de aquellos electores de más de 65 años confía en el líder laborista para proteger el país, mientras que el 82% no.

El jefe laborista rechazó las presiones de algunos de sus parlamentarios para distanciarse de la Coalición Detener la Guerra (Stop the War Coalition), el grupo pacifista que se opone a bombardear Siria e Irak, el cual Corbyn presidía hasta que asumió al frente del Laborismo en septiembre pasado.

Aunque el jefe de la oposición se opuso a extender los bombardeos aéreos británicos de Irak a Siria contra blancos del Estado Islámico (EI), una revuelta de algunos de sus ministros en la sombra lo obligó a ofrecer a sus parlamentarios un voto libre sobre el asunto.

Finalmente, el Laborismo perdió una votación clave en el Parlamento para impedir que Gran Bretaña se sumara a la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, para bombardear al EI en Siria.

Los aliados del jefe laborista insisten que jamás daría la espalda a las 250.000 personas que votaron por él para que presidiera el Laborismo.

Aunque a menudo parece cansado, Corbyn, que mantiene su asistencia a manifestaciones y mítines públicos, declaró a la BBC que está “disfrutando cada minuto” de sus nuevas funciones.

En una reciente columna editorial, el influyente dominical inglés The Observer concluyó que a pesar de la apabullante victoria de Corbyn en la contienda interna de su partido hace tres meses “el Laborismo no parece por ahora una agrupación destinada a gobernar”.

“La historia reciente ha demostrado, que para ganar, el Laborismo necesita resolver aquello que se percibe como sus puntos débiles: temores acerca de que es fiscalmente irresponsable, que es blando en materia de subsidios sociales y que está desactualizado en materia de inmigración”, explicó el semanario. (I)

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