Empleados domésticos tienen su primera convención sobre sus derechos
Los empleados domésticos del mundo, unos 100 millones de personas, de las que el 90 % son mujeres, cuentan desde este jueves con una convención internacional que les garantiza, por primera vez, los mismos derechos y condiciones que el resto de los trabajadores.
Se trata de un avance trascendental que ahora debe ser seguido por la ratificación de la norma en cada país.
La aprobación de la convención por parte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estuvo hoy rodeada de emoción y su director general, el chileno Juan Somavia, no dudó en calificarla de "momento histórico" y de "paso concreto para hacer del trabajo doméstico un trabajo decente".
La informalidad en la que suelen trabajar hace difícil contar con una cifra certera de trabajadores en esa categoría, pero varias investigaciones independientes coinciden en afirmar que son más de 100 millones, el 90 por ciento de ellos mujeres.
Según la agencia de Naciones Unidas, el 56 por ciento de los empleados domésticos trabaja en circunstancias en las que no existe ley que limite sus horas de trabajo y el 45 por ciento no tiene derecho a tomar ni siquiera un día de descanso a la semana.
Somavia quiso "rendir homenaje" a las organizaciones sindicales que lucharon durante años para hacer realidad esta convención, cuyo preámbulo dice: "los trabajadores domésticos son trabajadores. No son sirvientes ni miembros de la familia".
La coordinadora de la Red Internacional de Trabajadores Domésticos, Karen Pape, reconoció que los gobiernos tendrán que dar muestra de voluntad política para ratificar la convención y que su contenido se incorpore en la legislación nacional.
En declaraciones a Efe, recordó que varios países africanos ya cuentan con leyes que protegen a esa categoría de trabajadores o han prometido ratificar rápidamente la convención, con lo que "sería una vergüenza que los países industrializados no lo pudiesen hacer".
Ello en vista de que tras la aprobación del texto en la conferencia de la OIT -en la que participan representantes de gobiernos, sindicatos y patronales de 193 países- países como Suiza, Holanda, Canadá y Estados Unidos dijeron que podrían encontrar dificultades de orden "técnico" para su ratificación.
Para la activista, un aporte fundamental de la convención es su "enfoque integral" al tratar como empleados de pleno derecho a los trabajadores domésticos, trabajen a tiempo completo o parcial, vivan dentro o fuera del domicilio donde realizan sus labores, o sean inmigrantes o nacionales.
La nicaragüense María del Carmen Cruz, representante de la Asociación de Trabajadoras Domésticas de Costa Rica, país donde reside, dijo a Efe sentirse "emocionada porque esta convención reconoce que tenemos los mismos derechos que el resto, como seres humanos, trabajadoras, mujeres e inmigrantes".
Marcelina Bautista, presidenta del Centro de Capacitación de Empleadas del Hogar de México, consideró que "ahora llega el momento de una gran lucha para que los países ratifican esta convención" y así "acabar con la discriminación, precariedad y explotación que impera en nuestra actividad".
"No lo puedo describir. Somos trabajadoras del hogar que hemos venido de cinco continentes, de distintas lenguas, pero nuestras realidades son las mismas. Hoy se ha cumplido el sueño de tantas compañeras que lucharon antes que nosotras", dijo con lágrimas en los ojos, Ernestina Ochoa, peruana y vicepresidenta de la Red Internacional de Trabajadoras del Hogar.
Entre los derechos que la convención garantiza para ese colectivo figuran los de asociación y negociación colectiva, a la seguridad social, al sueldo mínimo, a un horario de trabajo diario y a, al menos, un día libre a la semana.
Asimismo, declara la eliminación de cualquier forma de trabajo forzado enmascarado y del trabajo infantil.