Las elecciones legislativas serán en junio
Emmanuel Macron asumirá mando en Francia bajo reto de consolidarse
El traspaso de poderes del presidente saliente de Francia, François Hollande, y de su sucesor, Emmanuel Macron, será el domingo, día en que expirará su mandato, anunció ayer el Elíseo.
Hollande hizo este anuncio al margen de la conmemoración de la capitulación alemana de 1945 en los Campos Elíseos, en la que participó Macron, que se convertirá en el presidente más joven de la historia de Francia con apenas 39 años.
En París, los pronósticos se cumplieron, Macron ganó el domingo la segunda vuelta electoral con el 66,10% de los votos (20,75 millones de electores), imponiéndose a la ultraderechista Marine Le Pen, quien obtuvo el 33,90% (10,64 millones de votos), reflejando así el rechazo a la extrema derecha.
Tras su triunfo, Macron recibió ayer felicitaciones de todo el mundo -incluido Moscú-. Durante su campaña el exbanquero tomó una línea dura con Rusia, sin embargo, ayer el presidente Vladimir Putin instó al mandatario electo a “superar la desconfianza mutua” y le deseó “una salud fuerte”.
De acuerdo a una publicación del diario The Washington Post, entre los retos inmediatos del nuevo mandatario están reformar la Unión Europea (UE), terminar con el paro masivo, reducir las desigualdades y liberalizar la economía. Y todo eso, protegiendo a los trabajadores.
Jörg Krämer, economista jefe del banco alemán Commerzbank, señaló que la esperanza Macron podría morir a partir de las legislativas de junio. “Bruselas, Berlín y otras capitales sienten alivio; es comprensible, por la victoria de Emmanuel Macron. Pero, incluso así, Macron lo tendrá muy difícil para obtener una mayoría absoluta en la cámara de diputados que le permita poner en marcha su programa -durante los 5 años de mandato-”.
Otros analistas ya avisan sobre la posible revancha de Marine Le Pen en las presidenciales de 2022 y del calado que pueda tener su mensaje de división entre ‘globalizadores’ y ‘patriotas’.
Un panorama político difícil de consolidar
El partido de Macron, En Marche (¡En Marcha!), ayer decidió cambiar su nombre por ‘La República en marcha’, para poder alentar a los votantes.
Macron, el líder francés más joven desde Napoleón Bonaparte (35 años), debe lidiar con una nación con muchas de las mismas cicatrices políticas que actualmente vive Estados Unidos, votantes profundamente divididos, ya que su política no convence a muchos que lo eligieron como el menor de los males frente a Le Pen.
En este contexto, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, instó el domingo a la canciller alemana, Ángela Merkel, a comprender la ira de los europeos y renunciar a las políticas de austeridad que han dañado la imagen de la UE y de la propia canciller en muchas partes de Europa.
Es uno de los mensajes que Martin Schulz, expresidente del Parlamento Europeo, debería tratar de enarbolar para vencer a Ángela Merkel en las legislativas de septiembre, y más teniendo en cuenta que Macron está más cerca de los socialdemócratas que de la canciller.
Tras la victoria de Macron, los liberales europeos respiraban aliviados. Este éxito, que sigue al freno que la población también interpuso a los populistas en Holanda y Austria recientemente, es un soplo de aire fresco para las clases dirigentes, después del triunfo del Brexit (salida de Reino Unido de la UE) y las presidenciales estadounidenses.
En el G-7 de mayo y en el G-20 de julio, los europeos podrán presentar un frente bastante unido ante el proteccionismo del estadounidense Donald Trump. En la Unión Europea, Francia seguirá con los otros países en las negociaciones sobre la salida de Reino Unido.
Las ideas de la extrema derecha prosperan en Europa
La derrota de Marine Le Pen y de su partido Frente Nacional (FN) en las presidenciales francesas ha sido un revés para las ambiciones de los nacionalistas de “darle la vuelta” a Europa, pero la ultraderecha, frenada en las urnas, está sólidamente instalada en la escena política continental.
Pero, ¿la ultraderecha necesita ganar? No necesariamente, zanja el analista Carsten Nickel, del grupo de reflexión Teneo, en Bruselas. “No ejercen su influencia gobernando, sino presionando en el margen de maniobra de los partidos de centro y de centroderecha”.
“A menudo, en los países europeos, la derecha ha prestado más atención al nacionalismo, de manera que a los nacionalistas les cuesta avanzar”, analiza el politólogo francés Stéphane Rozès, presidente de la consultoría Cap, que concluye que el “nacionalismo y el populismo no están en absoluto en regresión en Europa”.
“El FN ha recabado un tercio de votos más desde las últimas presidenciales, a pesar del debate tan malo para Marine Le Pen (celebrado) entre las dos vueltas”.
Geert Wilders ganó cinco escaños más que en las anteriores elecciones legislativas, en 2012. El candidato del FPÖ austríaco convenció a casi un elector de cada dos en la segunda vuelta de las presidenciales (46%), a la que no clasificaron los partidos tradicionales, socialdemócrata y conservador. (I)