Elevan a naranja nivel de alerta sobre el volcán colombiano Galeras
El Servicio Geológico Colombiano (SGC, estatal) elevó hoy a naranja el nivel de alerta sobre el Galeras, volcán del departamento suroccidental de Nariño que en 1988 entró en un nuevo proceso de reactivación.
El nuevo nivel de actividad es el segundo en una escala de cuatro y significa "erupción probable en término de días o semanas", según lo recordó el SGC en un boletín divulgado en Bogotá.
La directora técnica del centro científico, Marta Lucía Calvache, explicó que la alerta fue aumentada ante el registro de "sismos tipo tornillo" (de período largo) en la cumbre volcánica y la disminución en los "procesos de emisión de gases".
Son fenómenos que "pueden conllevar a emisiones de ceniza o erupciones explosivas", agregó la experta, y apuntó que características similares se han registrado en períodos previos a estallidos en este volcán en el lapso 1992-2010.
Una fuente del Comité Regional para la Prevención y Atención de Desastres (Crepad) de Nariño dijo a Efe desde Pasto, la capital regional, que el nuevo nivel de actividad hace necesaria la puesta en marcha de planes de contingencia en la zona de influencia del Galeras.
Unas 8.000 personas viven en el área de influencia del volcán, que comprende varias comunidades rurales de Pasto y las poblaciones de las localidades vecinas de La Florida y Nariño.
Los planes establecen el alistamiento de albergues para acoger a eventuales evacuados y la declaración de alerta amarilla en la red hospitalaria.
Como medidas preventivas, el gobernador de Nariño, Antonio Navarro, ordenó la suspensión de actividades en las escuelas de las áreas en posible riesgo y el cierre del tráfico por una carretera circunvalar.
El Galeras tiene una altitud de 4.276 metros sobre el nivel del mar y está situado a unos 700 kilómetros de la capital colombiana, en zona cercana a frontera sur con Ecuador.
Desde su reactivación en 1988, el Galeras ha hecho casi veinte erupciones, una de ellas trágica, la de enero de 1993, que dejó nueve muertos, incluidos seis vulcanólogos extranjeros que asistían a una observación científica, dentro de un congreso mundial sobre volcanes.